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República Comunista Poliamorosa

Un fantasma recorre México. El fantasma del miedo al comunismo que la generación baby boomer revive para desinformar en torno a la educación de las infancias y adolescencias.

Un fantasma recorre México. El fantasma del miedo al comunismo que la generación baby boomer revive para desinformar en torno a la educación de las infancias y adolescencias. Pero el red scare no viene solo, lo acompaña un tufo de homo-lesbo-bi-trans fobia que enciende a una enorme parte del empresariado mexicano bajo la susodicha defensa de la familia tradicional, como si ésta estuviese en peligro. Ese susto infundado nos alerta que seremos una República Socialista Soviético Amloísta Poliamorosa.

La discusión en torno a los nuevos libros de texto y a la llamada Nueva Escuela Mexicana está sacando del clóset del pensamiento medieval a muchos, tergiversando la discusión y llenándola de una toxicidad con fines político-electorales. Hay varios puntos sobre este tema tan complejo, desde lo procedimental y legal, pasando por los contenidos y la aplicación del modelo pedagógico, hasta la discusión polarizante y el futuro de la educación en México.

Respecto a lo procedimental-legal. El Presidente prometió detallar el proceso de la elaboración de los libros de texto. Ahí nos tendrán que informar quiénes participaron, por qué, a quiénes se tomó en cuenta y a quiénes no. ¿Cómo se elaboraron los planes de estudio? ¿por qué se redujo el contenido de matemáticas? ¿cómo se resarcirá esa pérdida? ¿por qué Chihuahua se retiró del proceso? Si todo queda resuelto, entonces tocará ver cómo se complementan los manuales para docentes y, especialmente, si estos están capacitados para aplicar el modelo educativo. Además, falta ver qué pasará con las entidades que no quieren aplicarlo, como Guanajuato, Jalisco y Chihuahua, así como con las que tienen cuadernillos complementarios, como Coahuila.

Estamos perdiendo la brújula del debate. Desde comunicadores que no han leído los libros y opinan de ellos hasta quienes se pierden en los errores de edición o quienes difunden información falsa. Recientemente escuché una entrevista con el episcopado mexicano en la que admitían “haber revisado el material de manera indirecta”. Es una irresponsabilidad opinar así y no sé si el episcopado deba opinar sobre la educación laica.

Revisé muy bien los tres libros nuevos de 1º, 3º y 6º de primaria, así como di un rápido vistazo a los de 2º y 5º. Encuentro que en este modelo se prioriza la formación en ciudadanía que exige derechos y en la democracia participativa, el orgullo de la historia prehispánica y la del mestizaje. Encuentro muy positivo que se eduque en la diversidad, tipos de familias, educación sexual, educación reproductiva y lenguaje incluyente. Podrá parecer poco, incluso una afrenta al pensamiento conservador, pero incluir eso en los libros es profundamente transformador y acertado. Por supuesto que los libros tienen muchos errores de edición, palabras mal escritas, dedazos o errores hasta matemáticos. Toda edición de cualquier libro siempre sale con errores. Toda errata debe ser corregida.

No tengo hijas ni voy a tener hijos. Fue una decisión en pareja de la que no nos arrepentimos. Ambos pensamos que lo más responsable con el planeta es no reproducirse. Sin embargo, a lo largo de mi vida he becado a varios niños y a una adolescente para su educación. Pienso que la educación nos acerca a la verdad y que ésta nos hará libres.

Cuando alguien me interpela por opinar sobre los libros de texto porque “no tengo hijos” me parece un argumento pobrísimo. La educación laica es una responsabilidad comunitaria. La formación de mentes críticas, independientes y proderechos es fundamental. En 20 años las infancias que hoy se están educando van a ejercer su ciudadanía y espero que sean seres más adoctrinados en la democracia participativa, en el desarrollo comunitario, en el orgullo de nuestras múltiples herencias, en la defensa de las libertades, la diversidad y la no discriminación. Seres menos adoctrinados en el nacionalismo, en el capitalismo rapaz y en la negación de la diferencia. Si esto se logra con la discusión de los libros de texto, habremos ganado como sociedad.

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