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¿Qué le debe AMLO a Napo?

Don Napoleón es claramente producto del más rancio sindicalismo mexicano

Napoleón Gómez Urrutia prepara una contraofensiva, como si no fuera suficiente y como si realmente fuera un mártir del sindicalismo mexicano.

Y todo mientras avanzan las negociaciones en la mesa instalada por presión, que no por petición, de él mismo y sus seguidores.

Esta misma semana el mismo gobernador de Sonora, Alfonso Durazo Montaño difundía un video en donde aparece acompañado del subsecretario de Gobernación, Alejandro Encinas y de la secretaria del Trabajo, María Luisa Alcalde, reportando avances en esas pláticas.

Y no, no veo ni al Gobernador ni a los dos funcionarios federales aquí citados preparando contraofensiva alguna, y sí por el contrario buscando la forma de mediar, de resolver, de terminar un conflicto que inició hace muchos años.

Al que no se ve haciendo eso es a don Napoleón.

Por el contrario, quiere que el Gobierno resuelva lo que los anteriores no pudieron o no quisieron, quizá porque no les correspondía o simplemente porque ya estaba resuelto en tribunales.

Se conoce la presencia en Cananea de comunicadores de la capital del País que a petición del propio Gómez Urrutia, buscarán desviar la atención hacia otros temas.

Es decir, esconder sus muertitos.

Es el mismo equipo del líder sindical el encargado de mover al personal responsable del levantamiento de esa información, aunque la información ya está, no hay nada que investigar, ya está decidido, si acaso buscan un escenario.

Sigue sin haber lógica en este capítulo.

Don Napoleón es claramente producto del más rancio sindicalismo mexicano, del que amasó poder al amparo y protección de los gobiernos del PRI, un poder que le fue heredado por su padre.

No tiene ninguna lógica, insisto, en que mientras el Gobierno federal y el estatal buscan darle una salida al tema, que claramente tiene propósitos políticos, el senador del oficialista partido Morena marca una ruta distinta y sigue presionando.

¿Qué le debe el presidente López Obrador a este señor?

Porque si de lealtades se trata, Alcalde, Encinas y Durazo quedan muy por encima de este personaje.

Pero el Presidente lo deja, le permite incluso golpear a miembros de su gabinete, como lo ha hecho con el propio mandatario sonorense.

Queda claro que no le interesa una negociación, sino doblegar al Gobierno, al Estado e imponer sus condiciones a costa de lo que sea y quien sea.

Y eso hace porque se lo permiten… ¿hasta cuando lo van a dejar?

TOÑO APRIETA

El Ayuntamiento de Hermosillo enfrenta actualmente protestas de sus trabajadores sindicalizados y de los jubilados y pensionados.

Estos últimos han cerrado por varios días el Palacio Municipal, reclamando que les regresen los vales de despensa y otros beneficios que les fueron cancelados por la actual administración.

Es claro que el Gobierno de Antonio Astiazarán necesita recursos, estabilizar las finanzas, invertir en pavimentación y mejorar los servicios públicos.

Quizá Toño aprieta ahorita para aflojar después.

Se eliminaron y/o se toparon beneficios y descuentos como a madres solteras o viudas, así como a ciertas asociaciones como las religiosas.

Está claro que el alcalde reporta chamba y bastante, todos los días. Busca darle su marca y estilo a las cosas, resolver de fondo. No tengo duda.

Lo que sí dudo es que esa rudeza en el caso de los jubilados y pensionados o los descuentos y beneficios topados le vayan a dar suficiente flujo y si eso compense las molestias.

Buena parte de la clase media hermosillense se volcó a las urnas a su favor, como en los mejores tiempos del PAN.

Y es ahí donde parecen estar pegando esas limitaciones que le menciono.

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