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Prometes y prometes

Ojo, candidatos en campaña, los ciudadanos ya no somos tan inocentes como nos calificaban antes

“Si votan por mí”, dijo aquel candidato setentero, “les voy a construir una carretera de aquí al Quiriego, con su rayita en medio pa’las bicicletas”. Y ya entrado en gastos, prometió: “Les mandaré construir un puente”. Otro candidato en el evento, uno que sí conocía la región, le comentó: “pero, señor, ¿un puente para qué?, si ni siquiera hay arroyo o un río”. La respuesta fue inmediata: “¡pues también les hacemos el arroyo, shin...!”.

Recordé esa historia tan famosa en mi juventud, ahora que escuché una “promesa” fabulosa de Alfonso Durazo. Fue a Nogales y se comprometió, así como lo oyen, a quitar las vías del ferrocarril del Centro de la ciudad. No es nada original el tema, los nogalenses lo han escuchado antes.

Pero hay dos pequeños problemas. 1.- No puede mover esas vías, en primer lugar porque es facultad de la SCT, una dependencia federal que ni siquiera puede terminar el tramo que falta de la Cuatro Carriles, llegando a Nogales. 2.- En el remoto caso de que consiguiera la anuencia y el dinero, resulta que del lado “gringo” tendrían que estar de acuerdo en mover también sus vías. ¿Lo podría arreglar con el Gobernador Ducey? No, porque eso le toca a la compañía de trenes Unión Pacific y ellos no quieren ni pueden, por la sencilla razón de que, me dice un experto, la milla de rieles (en tierra plana) cuesta un millón de dólares y la orografía nogalense no tiene nada de plana.

Ojo, candidatos en campaña, los ciudadanos ya no somos tan inocentes (estúpidos) como nos calificaban antes. Cuiden sus palabras, exijan a su “war room” que les haga investigaciones y sustenten sus promesas antes de hacerlas públicas. Como ciudadanos estaremos más pendientes, ya estuvo bueno que en cada campaña nos quieran ver la cara de apaches. Porque han de saber que anda por ahí un candidato a diputado, también de color morado su partido, prometiendo carreras de caballos, peleas de gallos “y muchos permisos”, si llega al Congreso. “Mamacita querida”, exclamaría el Merino.

Y como dijo aquel mismo candidato ochentero del que les contaba al principio, cuando pidió el Himno Nacional a quienes lo acompañaban: “Ahora sí, ¡aviéntense el corrido de la bandera!”. Más o menos de ese nivel.

Las franquicias

Mucho pudor no ha habido en este proceso electoral. ¿Candidaturas diferentes?, ¿el mensaje de las urnas del 2018?, jajajajajaja. Los partidos se las pasan por donde más les conviene. De repente, las familias y amistades de los poderosos salieron buenísimas para la política. Así tenemos posiciones donde aparecen la hija del superdelegado (¿a poco tan brillante y con carrera tan ilustre la niña?). El círculo cercano de la góber. Los parientes más queridos de un ex secretario, ahora candidato. Los de la dueña de una franquicia. Los que cuidan los mundanos intereses de quienes tienen los hilos de los “pitufos” (sobrenombre del siglo pasado). Un alcalde que por inepto no pudo ir por la reelección, pero a su esposa la pondrán de diputada pluri. La búsqueda de reelección para “diputados” (as) federales impresentables pero que han sido fieles a “anlo”. Y así por el estilo.

Los que se volaron la barda son los Terán. Bueno, en realidad esa familia tiene muchos años bateando. En esta ocasión adquirieron la franquicia del PES y van de nuevo. La hija mayor, Irma, tuvo a bien casarse con un poderoso de ese partido, por lo que dejó al PRI, donde incomprensiblemente la habían hecho diputada federal pluri. Y así, con la misma ausencia de méritos, aparece como la plurinominal número uno para San Lázaro. Su hermana Paloma es la uno pluri para el Congreso de Sonora. El papá es candidato a alcalde de Agua Prieta (lástima que ahí no haya pluris), la mamá va por otro puesto de quién sabe dónde, más la tía y un hijo de la comadre. Vaya desfachatez. Qué pena que eso siga sucediendo porque talento y honestidad no hay en personaje alguno de ese “linaje”.

Colofón

Más de 62 mil mexicanos intentaron cruzar la frontera en el mes de marzo, el número mayor en 20 años. La gasolina por las nubes. El desempleo haciendo crisis. La economía derrumbada. La pandemia sigue avanzando y ya casi llegamos a 210 mil muertos oficiales, con todo y vacunación mal planeada. ¿Y el Presidente? Muy bien, gracias, haciendo una “entrada triunfal” a Palacio Nacional después de estar dos días fuera. OMG.

Martín Holguín

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