Políticos sin clase… ni rumbo
Lamentable el comunicado, mal escrito, muy lejos del nivel que debe tener un documento presidencial
Es complicado, muy complicado, darle un sentido lógico a la “experiencia política” de la semana anterior. Un Presidente errático, fuera de control, que empezó poniéndose el saco con un adjetivo que originalmente no era para él. Amador Narcia habló en su columna de “El Imbécil de Palacio”, en referencia al personaje que no dejó salir a la prensa durante una alerta sísmica en la mañanera, pero AMLO decidió que era para él: “Me dijeron Presidente Imbécil”, se quejó, solicitó que pusieran la columna, se vio la realidad del comentario y las redes explotaron. ¿Es capaz de hacer ese ridículo con tal de que los mexicanos dejemos de hablar de su hijo José Ramón? Porque resulta increíble pensar que nadie en su equipo le haya explicado que el texto hablaba de otro imbécil.
Pero, como dijo el argentino, “eso no fue toooodo, Ché”. El Parlamento Europeo publicó un exhorto pidiendo a él y su Gobierno que detengan los ataques, cada vez más intensos, contra la prensa. El señor se hizo el enojado y mientras viajaba a Nayarit (o algún lugar de esos a los que tanto le gusta ir) llamó a “Chucho” (así le dice a Jesús Ramírez, su vocero y organizador de las mañaneras) para que escribiera en una servilleta (ya la llevaba con él de seguro, porque en Volaris no regalan absolutamente nada) una postura en la que calificaba de borregos, mentirosos e hipócritas a los parlamentarios europeos. Lamentable el comunicado, mal escrito, muy lejos del nivel que debe tener un documento presidencial. Pero fue peor que se publicó sin que lo supiera el “Brother Marcelo” Ebrard, quien parece va a tragarse la cantidad de shit, digo de sapos, que sean con tal de mantenerse vivo en la carrera presidencial. El Presidente realiza un posicionamiento oficial en un asunto internacional y su canciller (aaaa-já, canciller) no se entera y mucho menos presenta su renuncia aunque pasen de esa manera sobre su puesto, su dignidad y las reglas elementales de la diplomacia.
La parte chistosa y patética de la historia corrió a cargo de los supuestos legisladores Paty Armendáriz (una empresaria famosa por su aparición en “SharkTank”, pero que decidió convertirse en adoradora del Peje) y Gerardo Fernández Noroña. Lo enviado al Parlamento Europeo tenía tan poco sentido que ni ellos creyeron que fuera real: “Por favor @SRE_mx, favor de salir a desmentir que este burdo escrito provenga efectivamente del @GobiernoMX @lopezobrador_”, suplicó la señora Armendáriz cuando leyó el bodrio en cuestión. “Alguien quiere dañar a mi cabecita de algodón con este comunicado fake. Siquiera lo hubieran redactado bien y con estilo”, ha de haber pensado doña Paty. Pero al ratito le dijeron que, esteeee, mmmh, fíjese que es real. Chucho lo escribió pero fue dictado por “You Know Who” (así le dicen a ella porque es fifí bilingüe). Chin, ¿y ahora? Bueno, ya qué, a tragarse el camote y aquí les va otro tuit: “Mi solidaridad con la respuesta de @lopezobrador_ que no es una pieza de diplomacia pero pone un basta a este tipo de ataques de mexicanos, usando órganos extranjeros de presión”. Eso pinta de cuerpo entero a la “clase política” de esta triste época.
El show siguió y los gobernadores de Morena se subieron al Tren del Mame para defender a su indefendible “líder”. “Condenamos las resolución del Parlamento Europeo y bla, bla, bla” se puede leer en un comunicado con el color encendido del morenismo.
No sé, no conozco gran cosa a los demás gobernantes ni me interesan, pero a Alfonso Durazo, en mi calidad de sonorense, le pregunto: ¿En serio no tiene nada mejor que hacer que perder el tiempo con estas tonterías? El Presidente se equivocó porque le urge retomar la agenda mediática. Pero usted, como Gobernador de Sonora, no debería meterse en esto. Primero solucione de verdad el crimen que sigue aumentando en el Estado y su Gobierno no puede pasar de mesas de seguridad y acuerdos bananeros en Baja California. No, señor Durazo, las cosas no van bien y su mismo “sensei” miente cuando dice que la violencia solamente existe en Michoacán y Guanajuato. ¿Acaso quedar bien con “el jefe” es su misión en la vida? En caso de ser así, le puedo comunicar de manera oficial que su jefe se llama: Pueblo de Sonora.
¡Vaya semanita! Entre bizarra (así digo cuando algo me parece de mal gusto, para que no corrijan los puristas), patética… y triste.
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