“Otis”

Los desastres naturales ponen a prueba a los gobiernos y a sus sociedades. El paso de “Otis” y el desastre que causó en la Costa Grande de Guerrero son una prueba de fuego para el gobierno del presidente López Obrador y para la sociedad mexicana. Atender la emergencia humanitaria es solo el primer paso del largo camino que ocupa para la reconstrucción de Acapulco, uno de los lugares más queridos por los mexicanos. En este primer punto, el Presidente ha vuelto a equivocarse al polarizar y politizar la tragedia.

En lugar de poner el énfasis en las víctimas, el Presidente se volvió a poner los guantes para atacar a sus adversarios. A unas horas de la devastación de “Otis”, AMLO se subió a una camioneta y se desplazó por tierra a Acapulco. Las imágenes de su travesía tuvieron dos lecturas. Por un lado, los simpatizantes de la 4T usaron las fotografías para decir que “AMLO hizo todo para llegar a la zona del desastre”. Por el otro, sus detractores las usaron para “evidenciar la incompetencia” y con esto solo incendiaron la pradera.

El debate de polos opuestos imposibilita una evaluación honesta a la respuesta inicial del Gobierno ante la emergencia. En ese debate no hay respuestas a ¿por qué el Presidente no se subió a un helicóptero Blackhawk para llegar al puerto? ¿Por qué no hay fotos del Presidente supervisando la costera o haciendo un recorrido en la zona? ¿Por qué no se quedó en Acapulco toda la semana? ¿Por qué no suspendió sus actividades posteriores? ¿Por qué se tardaron tanto en rendir un primer balance? ¿Dónde estaba la Gobernadora las horas posteriores al desastre?

En la mañanera del viernes 27 de octubre, AMLO dijo que la falta de comunicaciones le impidió volar a Acapulco, que estaba cerrado el espacio aéreo. También expresó que no estaba en la zona porque no quería “hacer de eso un espectáculo”. Fueron 48 horas de especulación, de desinformación y de críticas en las redes. El Presidente se tardó en reaccionar y llenar el vacío informativo. La desinformación creó su propio huracán en X.

La catástrofe en Acapulco es solo un vistazo al mundo del futuro próximo. El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC, por sus siglas en inglés) documenta los efectos de la actividad humana en el calentamiento global desde 1990 y desde entonces ha advertido que los huracanes serán cada vez más frecuentes y potentes y que las temporadas de huracanes cada vez más extensas. Desafortunadamente, la “intensificación explosiva” de “Otis”, la rapidez con la que pasó de tormenta tropical a huracán categoría 5, será cada vez más común debido al alza en la temperatura de entre 1.1º C que se ha registrado entre 2011 y 2020.

Claudia Sheinbaum participó como experta en la elaboración del cuarto y quinto informe del IPCC de la ONU en 2007 y 2012. Ella conoce de sobra los efectos de la actividad humana en el calentamiento global. Sheinbaum sabe que entre 3 y 3.6 mil millones de personas viven en zonas y contextos vulnerables al cambio climático, como los acapulqueños, y sabe que el mundo tiene la tecnología necesaria para detener el calentamiento global, disminuyendo las emisiones de dióxido de carbono y usando energías limpias, como afirma Hoesung Lee, el presidente del IPCC.

Solo con acciones radicales y haciendo prioritaria la acción climática se podrá detener el futuro apocalíptico que nos espera con el cambio climático. Si ella gana la presidencia tendrá no solo que reconstruir Acapulco, sino también tendrá que modificar la política energética de la 4T.

El Gobierno ha quedado nuevamente a deber ante la tragedia, pero la sociedad civil organizada ha mostrado su fortaleza una vez más. Organizaciones, activistas, ciudadanos están ayudando a limpiar la zona devastada, han donado dinero y trasladan despensas. Ante “Otis”, el Presidente volvió a minimizar esa labor y lo cierto es que en las tragedias ningún Gobierno, ningún ejército, puede solo y la sociedad civil complementa siempre.

El autor es politólogo, conductor de un programa de televisión y profesor en el Departamento de Estudios Internacionales de la Ibero.