Mirador
Las noches se van alargando, y se alarga también la tertulia después de la cena en la casona de Ábrego
MIRADOR
Por Armando FUENTES AGUIRRE
Las noches se van alargando, y se alarga también la tertulia después de la cena en la casona de Ábrego.
Doña Rosa, la mujer de don Abundio, cuenta:
-Abundio fue a Saltillo a consultar a un médico, pues no se sentía bien. Cuando regresó le pregunté cómo le había ido. Me contestó: "Pos dice el doctor que dizque traigo alta presión. Y sí ha de ser, porque me ando echando unos truenotes brutos".
Reímos todos; se atufa don Abundio, Dice:
-Vieja habladora.
Doña Rosa figura el signo de la cruz con los dedos índice y pulgar, se la lleva a los labios y jura:
-Por ésta.
¡Hasta mañana!
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