Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / Columna México

Mirador

Le dije que ese no era mi día de hacer milagros. Y es que los milagros no los hago yo: Los hace el Señor, y son para su gloria

MIRADOR

Por Armando FUENTES AGUIRRE

Cuando San Virila regresó al convento sus hermanos en religión le preguntaron:

-¿Qué milagro hiciste ahora?

Respondió el frailecito:

-Hice el milagro de no hacer ningún milagro.

El padre prior quiso saber:

-¿Cómo estuvo eso?

Relató San Virila:

-Fui al pueblo a pedir el pan para los pobres. En el camino me topé con el rey, que iba de cacería con su comitiva y con una de sus favoritas. Se detuvo al verme y me ordenó: "Haz un milagro para que lo vea mi amiga". Pude hacer algún milagro y granjearme así el favor del rey. Pude, por ejemplo, convertir en sapo a uno de sus cortesanos. Eso habría divertido mucho a la mujer, y de seguro el rey me habría dado una magnífica limosna. Pero me contuve. Le dije que ese no era mi día de hacer milagros. Y es que los milagros no los hago yo: Los hace el Señor, y son para su gloria, no para la diversión de nadie. No hice entonces el milagro que me pedía el rey.

Le dijo, admirado, el padre prior:

-¡Qué gran milagro hiciste!

¡Hasta mañana!

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados