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Manejo de chismes

La gente chismosa suele ser también habladora, mentirosa, embustera y calumniadora

Saber gestionar los rumores negativos en la organización no debe ser complicado.

Hablar mal de otros cuando están ausentes es chismear. Cuando se vuelve costumbre en los equipos de trabajo o en las oficinas, se corroe el ambiente y se deteriora la moral de la gente.

Los chismes en la organización son una realidad de la vida diaria. Pero como empresario, es muy importante detectar cuándo se pasa de un suceso eventual inofensivo a una costumbre dañina que desgasta y afecta al clima laboral. El chismorreo puede impregnarse en los corredores de las compañías hasta convertirlas en ambientes de trabajo hostiles.

La gente chismosa suele ser también habladora, mentirosa, embustera y calumniadora. En México la calificamos de argüendera. Estas personas que se dedican al chisme en el trabajo hablan de la empresa, de sus compañeros de trabajo y de sus jefes y, por lo general, toman una verdad incompleta y la convierten en una media verdad especulativa.

Un líder responsable se adelanta a la jugada a través de la comunicación con sus equipos, enfrentando los rumores y poniendo el ejemplo con un estilo de mando basado en la apertura y la confianza.

Los expertos proponen una serie de medidas prácticas para cortar el chisme en nuestra organización. Entre ellas quiero destacar unas cuantas:

Cultura de apertura (promueva el derecho a preguntar y a solicitar aclaraciones), mantenga a su gente bien informada (que fluya la información que conviene sea compartida en un ambiente de trasparencia y confianza), aborde al chisme rápida y frontalmente (enfrente al chismoso con una conversación enfocada y cuestiónelo con firmeza. Hágale saber que no tolerará los chismes), aclare roles y responsabilidades (que cada persona tenga claro por qué cosas responde), genere empatía y buen ambiente (trate a cada colaborador con respeto y aproveche la parte positiva de cada uno), predique con el ejemplo (no se involucre en chismes), cambie de tema (no les dé importancia), no preste atención (ponga oídos sordos a los rumores), no haga pública su vida privada (nadie tiene que enterarse de su intimidad), despida al personal tóxico (el chismoso que no tiene remedio tiene mejor lugar afuera de su organización).

Siempre que escucho o leo sobre el manejo de rumores en la empresa pienso en el mal llamado triple filtro de Sócrates. Cuenta que un conocido se acercó a Sócrates para contarle algo sobre uno de sus amigos, pero Sócrates antes de escucharlo, decidió hacerle un pequeño examen, el examen del triple filtro.

Sócrates decidió limpiar lo que aquel conocido iba a contarle, depurándolo por tres filtros diferentes: El filtro de la verdad, el filtro de la bondad y el filtro de la utilidad.

Para aplicar los tres filtros le hizo tres preguntas a esa persona: ¿Estás absolutamente seguro de que lo que vas a decirme es cierto? (Filtro de la verdad), ¿es algo bueno lo que vas a contarme de mi amigo? (Filtro de la bondad), y ¿será útil para mí lo que vas a decirme de él? (Filtro de la utilidad).

El conocido admitió que no estaba seguro de si era verdad aquello que iba a contarle, tampoco era bueno lo que le iba a decir de su amigo y desde luego que no tendría ninguna utilidad hacérselo saber.

Sin más explicaciones, Sócrates respondió: “Entonces para qué vas a contármelo”. Aunque nadie ha comprobado la veracidad de esta leyenda, mucha gente le atribuye al gran pensador ateniense la prueba del triple filtro. La realidad es que es una táctica efectiva para cortar los chismes. Incluso me ha pasado que el chismoso se avergüenza de lo que me iba a contar y ya no tengo que detenerlo.

Son sólo tres preguntas: ¿Es cierto?, ¿me vas a decir algo bueno de esa persona?, ¿sirve para algo que yo sepa?

Los chismosos no son de fiar. Quien te chismea de otros, chismeará a otros de ti. No les des espacio y atájalos de frente.

Los rumores no tienen lugar en tu empresa. Sólo causan daño y confusión. El chisme no se maneja, se corta. El chismoso no se tolera, se enfrenta y se retroalimenta, y si reincide, se despide.

Carlos A. Dumois es presidente y socio fundador de CEDEM.

* “Dueñez®” es una marca registrada por Carlos A. Dumois.

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