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La eficacia decisional y la efectividad

Hoy más que nunca, los temas de la gobernabilidad, liderazgo, calidad de las instituciones políticas y la participación social son aspectos que irremediablemente están enlazados, pues expresan la relación entre política y sociedad.

Hoy más que nunca, los temas de la gobernabilidad, liderazgo, calidad de las instituciones políticas y la participación social son aspectos que irremediablemente están enlazados, pues expresan la relación entre política y sociedad.

En ese sentido y frente a los cambios tanto externos, como los internos producto de la efervescencia política que se vive, se esperaría que el gobierno federal actuara, en la medida de lo posible, con eficacia decisional, termino que define Cesar Cancino en su libro titulado “Construir la democracia”, como la capacidad que tiene un régimen o, mejor, que tienen sus estructuras para tomar y ejecutar las decisiones necesarias para superar los retos planteados al régimen o las otras medidas destinadas a alcanzar diversos fines queridos por los gobernantes, el primero de los cuales es, por lo general, el mantenimiento del propio régimen.

Ahora bien, suele distinguirse entre eficacia decisional y efectividad, ambos procesos complementarios del rendimiento. Mientras que la primera atañe a las propias decisiones y a su implementación, la segunda se refiere a los resultados alcanzados.

Los anteriores conceptos se pueden aplicar al liderazgo político, por ejemplo del Presidente de la República, pues cuando el grado de eficacia y efectividad decisional por parte del líder es alto, el liderazgo puede mantenerse de manera elevada, sin embargo, de manera inversa, cuando las decisiones propias de ese

liderazgo no están en grado de responder a las expectativas de diversa índole provenientes de la comunidad política en su conjunto durante el proceso de cambio, ese liderazgo puede comenzar a decrecer.

Lo que hemos visto, es que las decisiones fundamentales del gobierno han tenido el déficit de la eficacia decisional, cuya situación emblemática está representada en la no realización del nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México a principios de la administración y que marcó la línea que daría el nuevo régimen a las situaciones por venir, dicho de otra manera, fue una muestra de lo que veríamos durante el sexenio

Ante la ineficacia decisional de las autoridades de distinto signo y nivel de gobierno, la ausencia de liderazgos que vean con generosidad el rumbo del país, y la impugnación hacia algunas de nuestras instituciones fundamentales, consideramos que es el momento de que la sociedad organizada actúe de manera más comprometida, ya que de lo contrario nuestro sistema político y el naciente régimen pueden tener serias regresiones, es tiempo pues que ese famoso “quinto poder” del que hemos hablado en múltiples ocasiones, salga a la luz y les digamos a nuestros políticos que queremos y como lo queremos.

Ante la falta de políticos responsables es necesario actuar de manera organizada en los ámbitos del cabildeo político, en la formación y promoción de nuevos liderazgos, así como en la vigilancia y apoyo de las principales instituciones políticas

Los ciudadanos tenemos que impulsar una mejor organización social, desarrollando la fuerza de las agrupaciones intermedias, motivando la participación cívica y política de la sociedad. Está en nuestra cancha la enorme responsabilidad de fomentar la vertebración social que vincule a todos los protagonistas sociales.

*- El autor es asesor empresarial en cabildeo.

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