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La “Bidenpiñata”

Posiblemente, la estrategia de AMLO cambiará de la “piñata Biden” a la “piñata Ebrard”.

La estrategia de Andrés Manuel López Obrador en este momento es usar a Biden como su ‘piñata mañanera’, y al T-MEC, como palo de la discordia.

Probablemente, la apuesta del Presidente de México es que no habrá una reacción de la Casa Blanca hasta enero de 2023. Los cuestionamientos diarios (algunos bastante ofensivos) al presidente Joe Biden, lanzados por López Obrador desde la mañanera por varios meses no han recibido reacción ni respuesta.

La ofensa más reciente fue el anuncio de esta semana de la carta que el mandatario mexicano le enviaría al “ignorante” Joe Biden, que seguramente no fue informado de la interpretación del concepto de “soberanía”, según la cátedra mañanera de AMLO.

La pregunta es, ¿cómo interpretar los berrinches mañaneros ante las consultas con Estados Unidos y Canadá? ¿Son posiciones formales y legales del Gobierno de México que deberán defender a capa y espada el canciller y la secretaria de Economía? ¿La carta a Biden tendrá algún valor como respuesta para la consulta entre los tres países?

O será que el Presidente ya entendió que cuando acordó el nuevo texto que le presentó Jesús Seade, o no le explicaron lo que firmaba o el embajador Seade le mintió al Presidente. O tal vez Seade no entendió lo que proponían los negociadores estadounidenses y canadienses.

Esta última eventualidad, el hecho de que Seade no entendía las implicaciones de lo que firmaría el nuevo presidente López Obrador, podría ser la respuesta. Las imágenes del negociador de la 4T viajando solo a Washington, sin el equipo de expertos o dispuesto a escuchar a los representantes del “cuarto adjunto” (individuos del sector privado que acompañaron a los negociadores oficiales del T-MEC del Gobierno de Peña) fue el error más importante de la 4T. Ya sea por falta de experiencia o soberbia del entonces incipiente Gobierno de López Obrador, desconocían una de las reglas universales de las negociaciones comerciales con Estados Unidos: La importancia de rodearse de experiencia y técnicos con conocimiento en materia de acuerdos comerciales.

De hecho, los negociadores comerciales de Estados Unidos y de México (antes de la 4T) son (eran) considerados entre los más reconocidos del mundo.

Y parecería que los berrinches y cuestionamientos de las últimas semanas de López Obrador sobre la interpretación de varios artículos del T-MEC podrían ser una estrategia de ofuscación ante la realidad de que el Presidente mexicano acordó y apoyó un acuerdo comercial que chocaría con sus aspiraciones históricas de una nueva política energética. También hay que recordar que, en su momento, el presidente López Obrador probablemente no quería enfrentar al volátil presidente Donald Trump.

Entonces, la estrategia de Andrés Manuel López Obrador en este momento es usar a Biden como su “piñata mañanera”. Y el TMEC, el palo de la discordia.

Eventualmente habrá una reacción de los negociadores del Gobierno de Estados Unidos y las probabilidades de que México se encuentre ante un panel de arbitraje. Y probablemente, México perderá.

Todo esto sucederá el año que entra, cuando se esté debatiendo quiénes serán los candidatos presidenciales. Y, posiblemente, la estrategia de AMLO cambiará de la “piñata Biden” a la “piñata Ebrard”. En lugar de culpar a Jesús Seade de no “explicar” con claridad lo que firmaba López Obrador, o peor todavía, que López Obrador se resiste a reconocer que no quiso enfrentar en su momento a Trump, tendrán que encontrar un chivo expiatorio.

Con la “piñata Ebrard”, el Presidente podría lanzar culpas hacia el canciller de la decisión de anunciar que México saldría del T-MEC, además de asegurar que esta “corcholata” quedará eliminada de la contienda presidencial como candidato de Morena. Ante este escenario, Marcelo Ebrard y Tatiana Clouthier serán perseguidos por los rabiosos y leales seguidores del Presidente, alborotados para salir en defensa de la “soberanía” energética.

Y ante la crisis del futuro del T-MEC, la “corcholata” seleccionada por el Presidente tendrá que hacer campaña en 2024 con una plataforma donde promete defender la “soberanía” de México ante el embate comercial de Estados Unidos y Canadá, reflejado en sanciones. No extrañaría que el candidato o la candidata de Morena repudiara públicamente el T-MEC.

Sí, esto sería una locura de López Obrador, pero en 2024 él estará más preocupado por regresar a su rancho. El nuevo mandatario de México tendrá que buscar cómo reparar la economía mexicana y las relaciones con Estados Unidos y Canadá, los ex socios comerciales.

Ana María Salazar es analista política y experta en temas de seguridad.

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