Hombre más peligroso del mundo
No se puede subestimar lo peligroso que es el presidente Donald Trump en este momento, que debería estar en reposo debido al hecho de que está enfermo de Covid-19
No se puede subestimar lo peligroso que es el presidente Donald Trump en este momento, que debería estar en reposo debido al hecho de que está enfermo de Covid-19. Trump está enfrentando una amenaza existencial: No sólo está en juego su integridad física (el Covid-19 si no lo incapacita, le puede dejar secuelas, también tambalea su reelección, y por ende la viabilidad de sus imperios empresariales. Seguramente le quita el sueño el hecho de que en cualquier momento se filtraría más información sobre sus finanzas personales.
Y ahora, decenas de personas, clave para el funcionamiento de la Casa Blanca y de su campaña, salieron positivos en la prueba de Covid-19.
Seguramente el Presidente estará viviendo un estrés inimaginable, pero esto se duplica por el hecho de que está tomando, entre otros medicamentos, cortisona, para ayudar a mitigar el efecto de los síntomas del Covid-19. Y esto puede afectar su capacidad de tomar decisiones.
El problema que hay en este momento en la Casa Blanca es que parecería que nadie controla o puede influenciar a Trump porque los que podrían están enfermos o en cuarentena o simple y llanamente no pueden o no quieren.
Hay historias documentadas de cómo, el presidente Richard Nixon confrontaba la posibilidad de que enfrentaría un “impeachment” (el inicio de un juicio político), esto le produjo tal angustia que se habla de cómo deambulaba la Casa Blanca, borracho, hablándole a las pinturas que adornaban las paredes. Se murmuraba que había enloquecido. También está documentado que había un acuerdo tácito entre los militares de intentar detener cualquier decisión que involucrara el uso de algún arma nuclear o de destrucción masiva. Contradecir a un Presidente en esta situación podría considerarse para un militar como traición, con terribles consecuencias. Pero para el mundo el controlar a un Presidente enloquecido sería considerado como un acto de heroísmo.
La gran interrogante es quiénes son los héroes que en este momento pudieran controlar los peores instintos del presidente Donald Trump, que podría desencadenar un evento o tomar una decisión tan catastrófica. En su mente enloquecida por cortisona, justificará cualquier locura porque le aseguraría la reelección. O por lo menos la discusión se centraría en otra cosa que no fuera en sus fracasos políticos. En su locura, tal vez Trump trataría de justificar el hecho de que, aun perdiendo las elecciones, no debe de abandonar la Casa Blanca.
Y aunque parecería imposible controlar los mensajes en Twitter del presidente Trump, un espacio que le permite hablar directamente al electorado y al mundo sin filtro, resulta que sí hay pesos y contrapesos: Mr. Twitter y Mr. Facebook básicamente han estado dispuestos a controlar los mensajes de Trump especialmente si perjudica a la población. Esta semana, cuando Trump, por razones políticas, aseguró que de hecho la influenza estacional es más peligrosa que el Covid-19 (que es una vil mentira), Twitter y Facebook pusieron limitaciones a su mensaje. Aunque poco control, esto es mejor que nada.
Parte del problema de que tantas personas alrededor del presidente Donald Trump se han enfermado es que el impacto va más allá de la Casa Blanca. En este momento, la plana mayor de las fuerzas armadas está en cuarentena porque un vicealmirante, que estuvo en un evento donde estuvo presente Donald Trump, salió positivo de Covid-19. Y esto automáticamente resultó en que más de 10 generales y almirantes tuvieron que empezar a despachar desde sus casas hasta que se defina si están enfermos o no.
Y las miras siguen en el vicepresidente Mike Pence, que asegura que no ha salido positivo, aun estando el evento en la Casa Blanca que detonaron decenas de personas enfermas y en cuarentena. Aunque la Constitución estadounidense contempla la eventualidad de que un Presidente, y su vicepresidente no pueda ejercer sus funciones, el entrar en esta dinámica aseguraría literalmente una guerra civil al estar menos de un mes antes de las elecciones.
Ni el peor de los enemigos de los Estados Unidos hubiera podido inmovilizar al Gobierno de los Estados Unidos e incapacitar a tantas personas fundamentales para la seguridad nacional de un país.
El manejo negligente del Covid-19 y buscar el minimizar la amenaza de esta enfermedad está resultando en uno de los momentos de más debilidad de los Estados Unidos. Claramente sus enemigos estarán tomando nota, y haciendo decisiones.
Todo esto por no usar un simple cubrebocas.
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