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¿Exportará Sonora agua desalada a Arizona?

Hace mucho tiempo que las autoridades y los planeadores del desarrollo de Arizona le tienen echado el ojo al agua del Golfo de California

El gobernador de Arizona, Doug Ducey, anunció hace días en su informe de Gobierno que piensa resolver de manera definitiva el gran problema de agua que enfrenta Arizona y para ello va a recurrir a una fuente inagotable de agua que es ni más ni menos que el Golfo de California. De manera más específica, el Gobernador está proponiendo la construcción de una gran planta desalinizadora de agua de mar en Puerto Peñasco. Para ello cuenta con que existe una buena relación con México y con un billón de dólares para invertir en los próximos 10 años para alcanzar ese objetivo.

Extraña mucho que este asunto está muy presente en la agenda de Gobierno de Arizona, pero es un asunto sobre el que ni en Sonora ni en México no se ha dicho nada; hay silencio total.

Surgen preguntas: ¿Le conviene a Sonora y a México este proyecto? ¿Cuáles serían los costos y afectaciones para el Golfo de California y para la Reserva del Pinacate? ¿Ya hay negociaciones binacionales sobre este proyecto?

La sed de Arizona

Hace mucho tiempo que las autoridades y los planeadores del desarrollo de Arizona le tienen echado el ojo al agua del Golfo de California para no detener su crecimiento. El agua desalada del golfo es considerada un recurso al que Arizona puede acudir cuando se le agoten otras fuentes de suministro.

Parece que con el cambio climático ese momento está cada vez más cerca. El agua que corre por el río Colorado, que es la principal fuente del agua de ese Estado, está disminuyendo y el almacenamiento del lago Mead ya bajó los límites fijados como señal de alarma. Esto significa que Arizona tendrá menos agua disponible del río Colorado.

Para atender esta situación, como primera medida, el Gobierno del Estado lanzó en 2019 un plan de contingencia que establece estrictas medidas de manejo y conservación del recurso, así como la cosecha de agua de lluvia, entre muchas otras previsiones. Sin embargo, parece que eso no es suficiente y requiere de otras fuentes más seguras y confiables y para eso ahí está, cerquita, a unas cuantas millas, el agua de mar del Golfo de California, o Mar de Cortés como le dicen ellos.

Los avances hacia la desalación

Existen dos antecedentes importantes de este proyecto: Uno es el acuerdo firmado por la Comisión Internacional de Límites y Aguas de los dos Países publicado en la minuta 319 del 20 de noviembre de 2012. Ahí se estipula que los dos países han identificado oportunidades para conservar y aumentar la disponibilidad de agua de los dos países por medio de varios proyectos entre los que se menciona una “Planta Binacional de Desalinización cerca del Golfo de California”, aclarando que el estudio e implementación de éstos requiere el acuerdo específico de los dos países.

Otro antecedente es el acuerdo firmado el 19 de junio de 2014, por el gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, y la gobernadora de Arizona Jan Brewer para “evaluar” la viabilidad de construir una planta desalinizadora binacional en el Golfo de California para atender las necesidades de agua de los dos estados. Esta planta se ubicaría posiblemente en Puerto Peñasco o en Puerto Libertad (El Imparcial, 21 junio 2014).

Hay que aclarar que los estadounidenses tienden a pensar que este es un asunto que se puede acordar con el Gobierno del Estado de Sonora. Sin embargo, en México la política de agua está totalmente centralizada en la Conagua y un asunto internacional como este caería necesariamente en el ámbito de decisión del Presidente de la República. López Obrador ha demostrado que es poco convencional en sus relaciones con los Estados Unidos; habrá que preguntarle qué piensa sobre este asunto.

Pero más allá de eso, es necesario emprender estudios para determinar si este proyecto es ambientalmente viable. A mi juicio, dicho proyecto afectaría gravemente el medio ambiente del Golfo de California y la Reserva del Pinacate. ¿Qué piensa usted?

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