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¿El PES?

No hay duda de que la derecha radical está activa en México.

Un actor que se hizo famoso en los años noventa cuando era integrante de una banda de chicos muy homoerotizada subió un video a su cuenta de X, antes Twitter. En este video el hombre está en un campo de tiro, sostiene un arma larga y dispara contra un blanco. Al video lo acompaña un mensaje que dice “Miren lo que vamos a hacer a los terroristas de la agenda 2030, del cambio climático y de la ideología de género”. Este hombre registró ante el INE su intención de competir como candidato independiente por la Presidencia de México.

El actor dice defender la Patria y la familia ante los gobiernos de izquierda “comunista” y quiere “poner a Dios en el centro de nuestra Nación”. Es la misma receta de otras opciones de ultraderecha en el mundo que juegan con las vísceras de la gente, que despiertan miedos y que “se atreven” a decir públicamente lo que muchos piensan: El desprecio a la diferencia y la propuesta de regresar a una época que fue mejor, aunque realmente nunca lo haya sido.

No hay duda de que la derecha radical está activa en México. El reconocimiento de derechos, la mayor presencia de mujeres en cargos políticos, la aceptación de las disidencias sexuales en los medios masivos, los flujos migratorios desbordados, entre otros temas, están creando un despertar conservador, que si bien no es nuevo, sí se organiza diferente. Antes cabildeaban leyes, financiaban candidaturas y mantenían vínculos estrechos con el ala mayoritaria en el PAN. La liberación del aborto y matrimonio igualitario en el DF activó a estos grupos que cabildearon exitosamente leyes “provida” en 18 estados del 2006 al 2014, mientras que la iniciativa de Peña de matrimonio igualitario a nivel federal, en 2016, movilizó a cientos de miles de personas, organizadas por el autodenominado Frente Nacional por la Familia. Del cabildeo y el financiamiento de candidaturas, un sector ultraconservador creó su propio partido y desde 2014 surgió el Partido Encuentro Social (PES) que mantuvo su registro hasta que lo perdió en el 2018. En 2020 resurgió como Partido Encuentro Solidario.

A principios de octubre, Claudia Sheinbaum se reunió con los dueños del PES y subió una foto en la que se está acompañada de Mario Delgado, Citlalli Hernández, Alfonso Ramírez Cuéllar y otras figuras de su partido. Al PES lo encabezaba Hugo Eric Flores. La foto del encuentro se hizo viral en X. Muchos criticaron a la candidata por reunirse con este partido. Y es que la alianza de Morena con el PES en 2018 generó desconfianza y temor entre varios sectores porque AMLO no era claro respecto a la diversidad sexual e incluso bloqueado las sociedades de convivencia en 2005.

A la distancia, el PES fue mucho ruido y pocas nueces. Durante la campaña del 2018, AMLO se veía ya más cómodo con la bandera del orgullo y su partido impulsó candidaturas LGBT que sí llegaron a los distintos congresos, incluidas dos diputadas trans. Además, la campaña de AMLO firmó los compromisos de la Coalición Mexicana LGBT, la red más grande de activistas LGBT que se haya formado. El PAN nunca recibió a la Coalición, mientras que, irónicamente, Hugo Éric Flores, el líder del PES, sí la recibió.

En 2023 el PES tiene registro en siete estados y gobierna Morelos. Los diputados locales del PES han votado a favor de matrimonio igualitario en San Luis Potosí, Hidalgo, Zacatecas y Sonora. Sus diputados locales también han votado a favor de la prohibición de las terapias de conversión y a favor de leyes de identidad de género. En resumen, el PES ladró, pero no mordió.

Sin duda no hay que olvidar que el PES ha tenido una narrativa antiderechos, aunque en los hechos se haya comportado diferente. Sin duda una alianza Morena-PES revive la desconfianza y hasta parece innecesaria. Sin embargo, en el 2024 no es el PES la amenaza ultraconservadora y no hay duda de que Sheinbaum está incluso mucho más a favor de los temas de derechos que el mismo AMLO. Al actor que juega a ser Presidente, al dinero que está detrás de él y a los grupos que lo apoyan es a quienes hay que tener bajo la lupa.

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