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Cuatro temas que dividen al Ejército

Como candidato a la presidencia de la República, actividad en la que se mantuvo por 18 años, el ahora Presidente tuvo una actitud crítica y de confrontación con el Ejército.

Al interior de la oficialidad del Ejército hay una división que, también pasa por oficiales en retiro, en cuatro temas fundamentales que han surgido con el actual Gobierno. Se originan en decisiones del presidente López Obrador.

Como candidato a la presidencia de la República, actividad en la que se mantuvo por 18 años, el ahora Presidente tuvo una actitud crítica y de confrontación con el Ejército. Al asumir su condición de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas cambió su posición.

Los cuatro temas que molestan a un sector de la oficialidad en activo y en retiro son:

1. La fidelidad al comandante en jefe y no a la Constitución. Hay un grupo que piensa el general secretario subraya la lealtad al comandante en jefe, al Presidente, sobre la Constitución. Sostienen que la lealtad de los soldados es a la Constitución y al comandante en jefe sólo en la medida que éste se sujeta a ella y la haga valer.

Para ellos la doctrina aprendida en el Colegio Militar y en la Escuela Superior de Guerra es clara y no requiere de interpretación. Su lealtad, sobre todas las cosas, es a la Constitución, expresión del consenso de las y los mexicanos, para vivir en paz. Están dispuestos a dar la vida por lo que ordena la Carta Magna.

2. La nueva estructura del Ejército. Este grupo no está de acuerdo con la nueva estructura orgánica del Ejército donde la Guardia Nacional (GN) pasa a ser un cuerpo más junto con la Fuerza Aérea y el Ejército propiamente tal. El malestar tiene dos vertientes.

De un lado, es la mayor, es que ciertos militares consideran, que en el futuro la GN tendrá un gran crecimiento y el cuerpo del Ejército propiamente tal se va a reducir y cada vez tendrá menos peso. Temen, incluso, que en un determinado momento, si no ahora sí en próximos sexenios, se decida acabar con el Ejército y sólo quede la GN.

La otra vertiente, no menos importante, es que estos militares piensan que aunque la GN esté en el Ejército es y seguirá siendo un cuerpo de policías y no de militares. Las habilidades y la formación que se necesitan para desempeñarse como policías o como soldados son muy distintas.

3. El Ejército como empresario y propietario. Este grupo conoce bien cuál ha sido el comportamiento de los ejércitos en Centroamérica y América del Sur cuando entraron al mundo de los negocios. No están de acuerdo con que el Ejército sea constructor de obras civiles y tampoco sea propietario de empresas de lucro.

Saben, son profesionales bien informados, que en América Latina donde los gobiernos han entregado al Ejército tramos de la administración civil y los ha hecho propietarios de negocios, los militares de alto rango siempre se han corrompido. Están ahí, son un ejemplo entre otros, los mandos del Ejército de Guatemala, Nicaragua y Venezuela.

¿Qué hace distinto a los generales mexicanos en comparación con los de otros países de la región? ¿Qué los hace incorruptibles? En el pasado son muchos los generales que se relacionaron con el narcotráfico, para hacer dinero. Sobre esto hay muchas historias. ¿Por qué meter al Ejército y sus mandos al mundo de los negocios? ¿Qué se espera de ellos?

4. La militarización de la sociedad. Este grupo no está de acuerdo con el proceso de militarización de la sociedad mexicana que impulsa el Presidente. Ven como todos los días les adjudica nuevas tareas al Ejército que no les corresponde y los aleja de sus responsabilidades sustantivas.

Están bien informados sobre lo que sucede con los procesos de militarización. Ellos son civilistas. Dicen que en el Colegio Militar y la Escuela Superior de Guerra aprendieron la división de las responsabilidades entre militares y civiles en la conducción del Estado.

Estos cuatro temas dividen al Ejército. El malestar está presente. Ante los niveles de secreto que existen en la institución y el temor de los oficiales que no están de acuerdo con lo que ahora sucede, a manifestarse abiertamente, ante la posibilidad de ser sancionados y perder todos sus derechos, que incluyen pensiones, salarios y prestaciones, hace imposible se manifiesten de manera pública. ¿Cuántos son los militares inconformes?

Rubén Aguilar es doctor en Ciencias Sociales y profesor de la Universidad Iberoamericana. En Internet: www.miscuadernos.com.mx

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