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Aplicación de vacunas

En México las vacunas para el Covid se parecen a las hadas: Todo mundo habla de ellas, pero nadie las ha visto. Su aplicación debería ser como la de la ley en los términos de la Constitución: Pronta, rápida y expedita.

Un vanidoso sujeto de nombre Jactancio presentó en una fiesta a su mujer, ataviada con sedas y pieles y llena de perendengues y abalorios. Les preguntó a sus amigos: "¿Qué les parece cómo se viste mi esposa?". Respondió uno de los interrogados: "Muy despacio". Sor Bette, la superiora del convento, amaneció con un resfrío tremendo. Sus hermanas se preocuparon y llamaron por teléfono al médico que las atendía. Dijo el facultativo: "Iré a verla tan pronto termine mis visitas. Pónganle en el ínterin una cataplasma de mostaza". Una hora después llegó el doctor. Les preguntó a las monjitas: "¿Le pusieron a sor Bette la cataplasma?". "No" -confesó una de ellas, apenada. "¿Por qué no?" -inquirió el galeno. La monjita se ruborizó: "Es que no sabemos dónde tiene el ínterin la reverenda madre". (¡Cándidas sórores! La palabra "ínterin" no designa a parte alguna de la anatomía humana, y menos aún de las llamadas pudendas. Al decir "en el ínterin" el doctor quiso significar sencillamente "entre tanto"). El gallo del corral declaró después de pisar a la gallina: "Pechuga. Piernas. Muslos. Alas. No sé por qué el coronel Sanders no anuncia la parte que acabo yo de disfrutar. Es la más sabrosa". En el antiguo calendario romano el primer día de cada mes recibía el nombre de "calenda". Decir que tal cosa iba a suceder "ad calendas graecas" -"en las calendas griegas"- equivalía a decir que nunca iba a suceder, ya que los griegos no tenían calendas. "¿Cuándo me pagará Fulano el dinero que le presté?". "Ad calendas graecas". "¿Cuándo irá mi novio a proponerme matrimonio?" "Ad calendas graecas". En México las vacunas para el Covid se parecen a las hadas: Todo mundo habla de ellas, pero nadie las ha visto. Su aplicación debería ser como la de la ley en los términos de la Constitución: Pronta, rápida y expedita. Es bueno que haya mercado libre para las vacunas, de modo que -desde luego bajo la vigilancia de las autoridades sanitarias- estén a disposición de la gente como cualquier medicamento. En relación con esto no ha de haber monopolio alguno, comenzando por el del Estado. Me pregunto ahora: ¿Cuándo nos llegará la vacuna? Y al ver la manera en que se está distribuyendo y aplicando ganas me dan de responder, escéptico: "Ad calendas graecas". El encargado de recursos humanos de la empresa de don Algón le aconsejó en voz baja al salaz ejecutivo: "Contrate a aquella chica, jefe, la alta y morena. En su solicitud de empleo, donde dice 'Sexo' escribió 54 páginas".Ya conocemos a Capronio: Es un sujeto majadero, ruin y desconsiderado. Su suegra le dijo muy contenta: "Vengo de las carreras de perros. Gané tres". "Acuéstese, suegrita -le sugirió Capronio con fingida solicitud-. Debe venir muy cansada después de haber corrido tanto". En la taberna de la aldea un tipo le preguntó a otro: "Tu mujer ¿grita en el acto del amor?". "Y muy fuerte -dijo el otro-. A veces la oigo hasta acá". La parejita de recién casados tomó una habitación en un hotel de la ciudad, ya que al siguiente día partirían a su viaje de bodas. Ella vistió un vaporoso negligé y prendas íntimas de leve encaje blanco cuya invitadora transparencia dejaba ver todos sus encantos, especialmente el más encantador. Él, por su parte, se puso la piyama de franela verde con elefantitos azules que para el efecto le había comprado en el super su mamá. El novio tomó por los hombros a su flamante mujercita, y fijando en ella una amorosa mirada le dijo con ternura: "Solferina: Sé que todo esto es nuevo para ti". Paseó ella la mirada por la habitación y respondió: "Salvo las cortinas, que parecen nuevas, todo lo demás del cuarto está igual". FIN.

Catón

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