Tren interoceánico: Investigar, esclarecer

Julio Hernández López

El Gobierno federal deberá hacer un máximo esfuerzo de transparencia en el caso del tren interoceánico que ayer sufrió un grave accidente en un tramo oaxaqueño.

Según el reporte hecho a la hora de cerrar esta columna por la Secretaría de Marina (extrañamente encargada de la administración y operación de dicho tren), hubo trece muertes y 98 personas lesionadas, de las cuales 38 estarían recibiendo atención hospitalaria y, el resto, habrían quedado sin lastimaduras de gravedad (en este segundo reporte, la Semar ya no usó el término consignado en el primero, cuando se refirió a lo sucedido como “un evento ferroviario”, en una especie de neohabla marina de aspiraciones atenuantes).

Hay hipótesis que deben ser plenamente investigadas y esclarecidas: Pudo haber sido un accidente técnico u operativo cuyas causas específicas será necesario puntualizar, o una consecuencia derivada de mala calidad del material y equipo utilizados, posiblemente relacionado con actos de corrupción, o algo realizado con intencionalidad política.

En torno a varios proyectos de la llamada Cuarta Transformación se ha tendido un manto de protección en cuanto a costos, contratos y riesgos, ocultando la información precisa con diversos argumentos, uno de ellos el de la “seguridad nacional”, que va aparejada a la anómala entrega de esos proyectos a las fuerzas armadas.

Los partidos y voces opositoras a dicho proyecto 4T y sus obras estratégicas han sido insistentes en la exigencia de cuentas claras y ahora, en el caso del interoceánico (todo un proyecto neoliberal largamente acariciado por administraciones como la encabezada por Enrique Peña Nieto) es automático el redoblar de tales demandas.

Un ingrediente que esos opositores han destacado de inmediato es el hecho de que Gonzalo López Beltrán, uno de los hijos del anterior presidente de la República, fue designado por este como una suerte de asesor o supervisor honorario del citado tren interoceánico. El 4 de julio de 2024, luego que López Beltrán se había reunido un día antes con la presidenta electa Sheinbaum, López Obrador señaló: “Sí, lo supe y este, pero Gonzalo no está metido en la cuestión política, Gonzalo ha ayudado como honorífico en el Interoceánico, pero no cobra y no va a trabajar en el Gobierno”.

Se le preguntó en la conferencia matutina de prensa sobre las tareas específicas desempeñadas por su hijo y el entonces Presidente puntualizó: “Pues me ayudaba a ver el avance de las obras del tendido de las vías, lo de los trenes, la construcción del rompeolas en Salina Cruz, con los marinos, como Daniel Chávez en el Tren Maya”.

Recuérdese que Chávez, dueño del expansivo Grupo Vidanta (un conglomerado mexicano de hoteles, centros turísticos y operaciones con bienes raíces) fue nombrado por el presidente López Obrador como supervisor de las obras del Tren Maya, lo cual llevó a denuncias por presunto conflicto de intereses que la Secretaría de la Función Pública declaró infundadas en mayo de 2022, y, en concreto, por cuanto José Ramón López Beltrán, otro hijo del ahora ex Presidente, reveló que trabaja en la empresa KEI Partners, propiedad del fundador de Grupo Vidanta (nota en SPR: https://goo.su/2IwzdxY ).

En otro tema: Así lo dijo el obispo emérito Raúl Vera, de larga y congruente historia de solidaridad con causas populares, al oficiar una misa en la Basílica de Guadalupe ante familiares y acompañantes de la lucha por verdad y justicia en el caso de la desaparición de los estudiantes de Ayotzinapa: “El Gobierno se ha negado a dar una razón por la que no quiere investigar, porque sabemos que altos mandos del País, como es el Ejército mexicano, están perfectamente involucrados en el destino de estos hermanos nuestros (los 43 normalistas). El jefe principal del Estado mexicano, el ex Presidente de la República, no pudo esclarecer lo que prometió, que aclararía las cosas” (nota de Jared Laureles, en La Jornada: https://goo.su/LV5WoOw ). ¡Hasta mañana!