Zona Sísmica

Abasto garantizado… con asteriscos

La Secretaría de Salud, que encabeza David Kershenobich, aseguró ayer en una tarjeta informativa que el abasto de medicamentos está garantizado para lo que resta de 2025 y todo 2026. El mensaje busca tranquilizar, pero los datos que lo acompañan obligan a leer la promesa con asteriscos.

Medicinas tan básicas como ibuprofeno, paracetamol y diclofenaco están en la lista del 50.5 por ciento de medicamentos y material de curación que se concursaron para 2026 para el sector salud y quedaron sin contrato, lo que podría llevar a que se asignen mediante adjudicaciones directas por montos masivos, como ocurrió a principios de 2025.

La paraestatal Birmex no logró adjudicar ni la mitad de los suministros de la licitación consolidada, fallada el jueves. De los 2 mil 29 suministros que se concursaron, mil 26 se tuvieron que declarar desiertos. Que más de la mitad de los suministros licitados por Birmex hayan sido declarados desiertos no es un detalle menor.

La narrativa oficial se apoya en los contratos vigentes: 4 mil 652 millones de piezas ya comprometidas, correspondientes a 3 mil 140 tipos de medicamentos, y un nivel de abasto superior al 96 por ciento. Desde hace años, el Gobierno ha recurrido a porcentajes altos de cobertura para minimizar problemas que, en la práctica, se traducen en faltantes intermitentes, sustituciones de medicamentos o retrasos en hospitales y clínicas.

El argumento de que la compra fallida representa apenas el 4 por ciento del total suena razonable en el papel. Sin embargo, en el sistema de salud un pequeño porcentaje puede significar la ausencia de medicamentos críticos, justo aquellos que no admiten improvisaciones ni compras de última hora.

La Secretaría apuesta ahora a rondas adicionales, procesos de negociación y subsanación de documentos. Todo conforme a la norma. El problema es el calendario.

La experiencia reciente demuestra que cada ajuste administrativo se paga con tiempo, y en salud el tiempo suele pagarse caro. Más que reiterar que “no hay riesgo”, el reto para la autoridad es demostrar que aprendió de licitaciones fallidas anteriores y que la promesa de abasto no depende de comunicados, sino de procesos eficientes, oportunos y creíbles.

TURISMO A LA BAJA EN BC

Baja California sigue siendo un referente nacional en gastronomía y vino, pero 2025 dejó al descubierto la fragilidad de su actividad turística. De acuerdo con la Asociación de Anfitriones y Tour Operadores de Baja California (AatopBC), la llegada de visitantes cayó entre 30 y 40 por ciento, un golpe severo para un sector que depende en gran medida del turismo regional y binacional.

El diagnóstico no sorprende, pero sí preocupa. La relación con Estados Unidos, en particular con California, continúa siendo determinante. Cuando el tipo de cambio se vuelve menos atractivo y la percepción de inseguridad crece, el turismo es de los primeros en resentirlo.

La violencia, más allá de las cifras oficiales, se convierte en un mensaje disuasivo para quienes planean cruzar la frontera El impacto no se limita a los tour operadores. El propio sector hotelero reporta caídas superiores al 30 por ciento en ocupación, lo que confirma que no se trata de un fenómeno aislado, sino de una desaceleración generalizada. Paradójicamente, la entidad sigue ampliando su oferta turística con nuevos proyectos e inversiones.

El problema no es la falta de atractivos, sino la ausencia de condiciones que generen confianza. Sin seguridad, estabilidad y una estrategia clara de promoción, el prestigio construido por Baja California corre el riesgo de quedarse en reconocimiento, pero sin visitantes.