Dos preguntas

PIENSA

No es lo que te pasa, sino cómo reaccionas a lo que te pasa lo que importa”, EPICTETO.

José Carlos Ruiz, filósofo español, nos indica que Epicteto tiene un consejo que nos puede servir mucho para el enfoque del día a día en este siglo XXI: Es el hacernos dos preguntas antes de tomar decisiones. La primera ¿qué cosas dependen de mí en la vida?, y la segunda, ¿Qué cosas no dependen de mí?…veamos.

CÓMO FUNCIONA ESTO…

Las cosas que dependen de mí podemos englobarlas en tres: La primera son mis opiniones. Debo hacerme responsable de ellas, dónde y cuándo emitirlas, y sobre todo a quién van dirigidas. En el mundo actual con la velocidad de las redes sociales están cargadas de emociones que nos pueden impedir ejercer un juicio crítico de las mismas, aunado a que muchas de ellas son falsas o sin fundamento, pero van creando una opinión pública.

La segunda son tus aspiraciones, y esta es muy necesario que sean tuyas no impuestas por alguien externo. Aspirar algo que no es genuinamente tuyo puede llevarte a mucha insatisfacción.

Y una tercera viene siendo el conocimiento de tus limitaciones, que tengas claro para qué no eres bueno, qué es lo que necesitas delegar. Y también muy importante que dichas limitaciones sean producto de tu conocimiento propio, no impuestas por alguien más.

LA SEGUNDA PREGUNTA

La cosa se pone más interesante con las que no dependen de ti. La primera de ella son las opiniones de los demás… las opiniones de los demás si son personas que te quieren y aprecian vale la pena tomarlas en cuenta. Por ejemplo este es un problema actualmente sobre todo con jóvenes: Se vuelven loquitos de contento cuando obtienen varios likes, pero también se deprimen con facilidad cuando llega la crítica.

Un segundo aspecto que no depende de uno es que los demás te aprecien o te estimen. Es realidad que hay que aceptar, claro hay que tratar de ser empático y amable con los demás, pero al final del día no podemos darle gusto a todo mundo. Steve Jobs era casi brutal con esto, no se tentaba el corazón para decirte las cosas, y sus colaboradores directos terminaban muy agradecido con él.

Y el tercer aspecto que no depende de uno son los logros de los demás. A veces admiramos alguien y pretendemos alcanzar lo mismo que esa persona, y es muy probable que no sea posible. El individuo se tiene que convertir en lo que le interesa a él aprovechando las cualidades y dotes que tenga. Si tu amistad logra ser famoso por sus éxitos, lo que debe provocar en nosotros es gozo por él, y uno a lo suyo.

CONCLUSIÓN

Hay que concentrarnos en lo que podemos inf luir, y en la medida que nos esforcemos en lo que nos interesa hacer estaremos con la posibilidad de trascender, de impactar, de dejar huella. Al final del día de eso se trata este tiempo que llamamos vida; hay que agradecer a Epictecto este consejo que tiene miles de años.

!feliz domingo, estimado lector!