Trump y James Monroe
Desde el inicio de este su segundo periodo presidencial, el Trump parece haber dado un salto al pasado y adoptado la doctrina esbozada por James Monroe en 1823...

BATARETE
Termina la primera semana del duodécimo mes del año. Han sido meses complicados sin duda, en México marcaron el inicio del gobierno de doña Claudia Sheinbaum, primera mujer en alcanzar la Presidencia en el País.
Han sido muchos los retos a los que se ha enfrentado, quizá el más complejo ha sido en el terreno internacional, la elección en del vecino del Norte, de un presidente por demás desquiciado, narcisista en extremo, sin respeto por la diplomacia elemental y un absoluto ignorante de la historia y geopolítica de su país con respecto a sus vecinos del Continente Americano.
Desde el inicio de este su segundo periodo presidencial, el Trump parece haber dado un salto al pasado y adoptado la doctrina esbozada por James Monroe en 1823, cuando desde la silla presidencial en Washington, proclamó aquello de “América para los americanos”, aprovechándose de una cierta equivocidad del término, el cual se refería, con el “americanos”, a la totalidad de los países y pueblos que conforman este Continente; y con la palabra “”América”, que se refería, para el quinto presidente de aquellos EUA nacientes, el tal Monroe, exclusivamente su propia nación. Una práctica lingüística que por allá siguen utilizando para referirse a su territorio, una limitada porción geográfica del continente entero: Ellos se consideran los únicos “americanos”, el resto somos simplemente latinos, y cuando resultan un tanto ilustrados, quizá puedan distinguir entre mexicanos, argentinos o cualquier otro gentilicio más o menos acertado…
El caso es que el Donald se cree, que por haber sido votado por una mayoría lábil como presidente de su país, su mandato abarca todo el Continente. Supone que eso de “América para los americanos” es un asunto ya zanjado y aceptado, y se dedica a intentar mandar, gobernar y dominar a las naciones vecinas, y también a las lejanas.
En su rústica concepción cree que el poder se consigue, en este siglo XXI, con amenazas y desplantes propios de un pandillero de barrio, extraído de una película de gangsters de hace 80 años, una especie de Edward G. Robinson, pero antipático y de pocas luces, convencido de que su sola amenaza basta para conmover a sus hipotéticos oponentes.
Tanta palabrería hueca y provocación sin lógica y sustento, sólo están sembrando dudas entre sus cómplices y sus seguidores, que cada vez parecen más dubitativos sobre su putativo liderazgo, y la capacidad real de imponer su voluntad sustentada solamente en sus ocurrencias y sus balandronadas.
Es un hecho que su retórica agresiva y alejada de la diplomacia está poniendo en entredicho la capacidad de los EE.UU para tener una participación positiva y eficaz a mediano plazo en el panorama internacional: Está mostrándose de tal modo prejuiciado y cerrado a los esfuerzos de concertación en el devenir del desarrollo y la solución de conflictos urgentes, que muy probablemente buena parte de los líderes de muchas naciones optarán por darle coba, por así decirlo, y buscarán plantear estrategias, compromisos y soluciones sin su colaboración y, más grave a mediano plazo, sin la participación de los EE.UU en esfuerzos que delinearán el futuro de la economía y concierto de las naciones. Si sigue por ese camino y con esa actitud, puede lograr convencer que su colaboración y auxilio llegarán a ser irrelevantes y hasta contraproducentes.
Por supuesto que este parece ser un escenario extremo, pero si la fuerza de sus seguidores fanatizados se mantiene y es capaz de ejercer una presión sustantiva, eso podría generar una dinámica irresponsable, poco anclada en las condiciones geopolíticas internacionales, y generar algún tipo de caos del cual se podrían aprovechar organizaciones, países o grupos extremistas como Nethanyahu y sus compinches que, con el apoyo disimulado de Trump, continúan con la escalada genocida contra el pueblo palestino.
Es probable que una mayoría ciudadana consciente y comprometida encuentre la manera de frenar a un mandatario insensato y desbocado. Urge…
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