Seguimiento al Talón de Aquiles de la 4T
En este espacio he dicho que el punto más débil que tiene la Cuarta Transformación es la falta de crecimiento económico.

Juegos de poder
En este espacio he dicho que el punto más débil que tiene la Cuarta Transformación es la falta de crecimiento económico. Es su Talón de Aquiles.
Llevan ya siete años gobernando y la constante ha sido el estancamiento de la economía nacional.
En los seis años de López Obrador, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) fue un magro 5%. Si lo vemos por PIB per cápita, el crecimiento fue, de hecho, negativo en el sexenio: -1%.
La misma tendencia continúa en la administración de Claudia Sheinbaum. La economía se está desacelerando en la parte final del 2025 de tal suerte que, si bien nos va, el crecimiento del PIB en este año será de alrededor de 0.3%, es decir, nada.
Para el año que viene, los expertos en materia económica prevén un número mayor, acaso por arribita del 1%.
La realidad es que la economía no crece desde que llegó la 4T al poder.
Esta situación de estancamiento endémico es sostenible en países desarrollados, de ingreso alto, que ya no crecen en población como es el caso de Japón o Europa. México, sin embargo, sigue siendo un país de renta media, con millones de personas que viven en la pobreza, y con un perfil poblacional todavía al alza. No podemos darnos el lujo de que se paralice nuestra economía.
La sociedad aguantó seis años de estancamiento con López Obrador y volvió a ratificar, en las urnas, al proyecto de la 4T. Mucho influyó, sin duda, la repartición de miles de millones de pesos en programas sociales que beneficiaron a una mayoría de los hogares del País. Tan sólo en el 2024, año electoral, el Gobierno federal erogó 735 mil millones de pesos en estos programas.
La repartición de recursos en efectivo ha sido tremendamente popular para Morena. Sin embargo, es una bola de nieve que va creciendo con los años. Ya en este 2025, el Gobierno gastó 100 mil millones de pesos más en programas sociales para alcanzar los 835 mil millones de pesos; para el siguiente año tienen presupuestados recursos con el fin de alcanzar el billón de pesos.
Y es que, cuando un Gobierno reparte recursos de esta manera, la gente demanda cada vez más dinero para estar contenta. El Gobierno, presionado por mantener su popularidad, va soltando más y más dinero conforme pasa el tiempo, lo cual va apretando cada vez más las finanzas públicas.
Si hubiera crecimiento económico, el Gobierno podría recaudar más dinero de los impuestos. Sin embargo, en un escenario de estancamiento, le quedan tres opciones.
Uno, recortar el gasto en otros rubros, lo cual se antoja ya imposible porque eso mismo hizo AMLO en su sexenio dejando en los huesos partidas tan importantes como la seguridad o salud.
Dos, incrementar la deuda, una opción también problemática porque AMLO se despachó con la cuchara grande el último año de su sexenio incrementando la deuda pública en más de cuatro puntos porcentuales del PIB. Quizá Sheinbaum pueda endeudarse unos puntitos más del PIB, con el riesgo de que el País pierda el grado de inversión, lo cual significaría un incremento en el servicio financiero de la deuda.
Finalmente, el Gobierno podría incrementar sus ingresos realizando una reforma fiscal o apretando más a los contribuyentes cautivos.
Lo primero no lo harán porque tendría un gran costo electoral.
Queda, por tanto, seguir exprimiendo a los que sí pagan impuestos utilizando al nuevo Poder Judicial, que ahora controla Morena, y la reforma a la Ley del Amparo que deja indefensos a los contribuyentes.
Pero esta operación también tiene un límite. Entre más se exprime un limón, menos jugo queda. Lo mismo pasa con los que pagan impuestos.
La falta de crecimiento económico se debe a la falta de apetito por invertir en México. Los empresarios nacionales siguen viendo con aversión a la 4T. Una 4T que está instalando una Estado gandalla que desmantela contrapesos y reforma leyes para quitarles derechos de protección a los ciudadanos.
Los que tienen dinero desconfían de un Gobierno que abusa del poder defenestrando al Poder Judicial, sustituyéndolos con jueces a modo y limitando el derecho al amparo. Amén de la retórica anti-empresarial de los grupos más radicales de la 4T que desconfían de los “cochinos capitalistas”; lo único que consiguen es que la desconfianza se vuelva mutua.
Sin inversión privada no habrá crecimiento económico. Sin crecimiento económico será insostenible el modelo político clientelar basado en la repartición de miles de millones de pesos en programas sociales. Y sin dinero en el erario, la 4T difícilmente sobrevivirá. Por eso, el estancamiento de la economía es y será su Talón de Aquiles.
Leo Zuckermann
X: @leozuckermann
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí
Grupo Healy © Copyright Impresora y Editorial S.A. de C.V. Todos los derechos reservados