¿Qué pasó en el Zócalo?
Retomo, con su autorización, parte del análisis que Alberto Capella hizo de la manifestación convocada por la Generación Z y otros grupos ciudadanos... sostiene que lo que vio en el Zócalo es lo que se llama la “autocracia pasiva”.

A continuación retomo, con su autorización, parte del análisis que Alberto Capella (Tijuana, BC, 1971), hizo de la manifestación y el evento en el Zócalo del pasado 15 de noviembre en la Ciudad de México. Él estuvo presente “durante la marcha convocada por la Generación Z y otros grupos ciudadanos (…)”.
Su artículo Lo que viví en la marcha: Crónica, análisis y la lógica de una “Autocracia pasiva” ha estado circulando en redes sociales y ha sido retomado por periodistas y medios. Es el mejor análisis que se ha publicado sobre lo que ocurrió el pasado sábado, que abre una nueva manera de analizar estos eventos.
Capella, que dirige un despacho especializado en estrategias de seguridad, fue secretario Municipal de Seguridad Pública, de Tijuana, Baja California; secretario de la Secretaría de Seguridad Ciudadana del Estado de Morelos y de Quintana Roo. Ha sufrido atentados contra su vida de parte de grupos del crimen organizado.
Dice que “lo que aquí escribo no es especulación ni reconstrucción de terceros: Es lo que vi, viví y analicé directamente desde el terreno, con la experiencia de haber encabezado -como activista ciudadano- marchas contra la violencia hace casi 20 años en Baja California y, por otro lado, de haber coordinado como autoridad la atención de manifestaciones masivas. Lo hago con la sensibilidad y el entendimiento de quien conoce estas dinámicas por dentro”.
El texto tiene 10 apartados, todos valiosos, acá, por razones de espacio, sólo retomo los dos últimos, donde está la clave del análisis y deja al descubierto la manera en la que actuaron las autoridades, no queda claro si son las de la Ciudad de México, o estas sólo implementaron un operativo federal diseñado en la Presidencia de la República.
Capella sostiene que lo que vio en el Zócalo es lo que se llama la “autocracia pasiva”. “Lo que viví recuerda al comportamiento “pasivo-agresivo”: Una forma de agredir disfrazando la intención. En política, eso tiene nombre: Autocracia pasiva. Una autocracia pasiva: No prohíbe de frente; No reprime abiertamente; No declara censura, pero diseña todo para enviar un mensaje contundente desde Palacio Nacional”.
Y añade que ésta opera así: “Te deja marchar, pero coloca violencia donde llegas; te deja avanzar, pero te fragmenta con embudos; no te impide entrar, pero genera miedo para que no te quedes; no impide la protesta, pero distorsiona la imagen final. Es control sin admitirlo. Es represión sin declararla. Es autoritarismo administrado”.
Concluye: “Vi una marcha enorme, plural, pacífica y profundamente ciudadana. Vi indignación y esperanza conviviendo en un mismo espacio. Vi a México caminar con dignidad desde el Ángel hasta las inmediaciones del Zócalo. Vi policías utilizados y agredidos durante horas. Vi familias atemorizadas por violencia colocada estratégicamente. Y vi un operativo diseñado para alterar la percepción pública de una movilización histórica. Los pacíficos fuimos nosotros. La narrativa del caos fue inducida. El sábado no fue desorden espontáneo: Fue ingeniería política para controlar la narrativa”. El análisis de Capella habla por sí mismo, y no requiere más explicaciones.
Rubén Aguilar Valenzuela
@RubenAguilar
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