El Imparcial / Columnas /

Mucho poder, nada de responsabilidad

Una de las cosas que más me disgusta de la llamada “Cuarta Transformación” es que no se hacen responsables de sus actos u omisiones. 

Leo Zuckermann

JUEGOS DE PODER

Una de las cosas que más me disgusta de la llamada “Cuarta Transformación” es que no se hacen responsables de sus actos u omisiones. En lugar de eso, se victimizan. Es una tradición que les viene de su fundador: Andrés Manuel López Obrador.

Por razones personales, me ausenté una semana de mi labor como comentarista político. Regreso y me encuentro con la terrible noticia del asesinato del presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Manzo. El alcalde solicitó ayuda al Gobierno federal para resolver el problema de seguridad en su Municipio y alertó de las amenazas que existían en contra de su vida. La administración de Sheinbaum le asignó catorce elementos de la Guardia Nacional para su protección. No obstante, un adolescente de 17 años lo asesinó sin problema alguno.

¿Y qué hizo el Gobierno de la 4T frente a este atentado?

Escurrir el bulto y victimizarse.

En lugar de asumir su responsabilidad, le echó la culpa de lo ocurrido al Gobierno de Felipe Calderón que gobernó México hace casi dos décadas.

Parece chiste, pero no lo es.

Que si Calderón comenzó la guerra en contra del crimen organizado. Que si su secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, era un corrupto. Que si estos polvos vienen de aquellos lodos.

Puros pretextos para no asumir la responsabilidad que tiene el Gobierno actual.

No faltó la victimización. Que si la prensa y los comentaristas eran unos “buitres” que quieren sacar raja política de este asunto. Porque ellos, pobrecitos, son inocentes palomitas que no hay que tocar ni con el pétalo de una rosa.

Ahora resulta que las víctimas de lo ocurrido no es Manzo, su esposa, su familia y toda la ciudad de Uruapan que vive bajo el yugo del crimen organizado. No, señor. Las verdaderas víctimas son la Presidenta, su gobierno y partido por las críticas que recibieron frente a una realidad apabullante. De verdad que pobrecitos. Cómo sufren.

Dejémonos ya de pretextos.

El pueblo de México eligió mayoritaria y contundentemente a Morena para resolver los problemas del país. Que no nos vengan con la manga del muerto. Que no escurran el bulto y se victimicen. La 4T tiene todo el poder. Controlan el Ejecutivo, Legislativo y Judicial federales. Gobiernan la gran mayoría de las entidades federativas, incluyendo Michoacán. Prácticamente no tienen ningún contrapeso. Que resuelvan de una vez por todas el problema de la seguridad que para eso sirve el gran poder que tienen.

Les debería dar vergüenza: quieren todas las ventajas de gobernar, pero no la responsabilidad de tenerlo.

A diferencia de la 4T, el alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, sí tenía la voluntad de resolver el problema de la inseguridad en su municipio. “No puede haber abrazos para los delincuentes…hay que abatirlos cuando atentan contra la gente inocente”, declaraba harto de la situación. No escurría el bulto. Sabía, sin embargo, que no podía solo. Demandaba apoyo de los gobiernos estatal y federal.

Pero, como había dejado a Morena para convertirse en candidato independiente, no lo pelaban sus ex camaradas. Los apoyos nunca llegaron. El 1 de noviembre pasado, durante un evento público, el festival de “velas” por el Día de Muertos, lo asesinaron. Se dice que fue el Cártel Jalisco Nueva Generación y/u otros grupos delictivos que operan en Michoacán.

Después de buscar pretextos y victimizarse, el gobierno de Sheinbaum finalmente anunció un nuevo plan de seguridad para Michoacán al igual que en su momento lo hicieron Calderón y Peña Nieto.

¿Tendrá éxito este nuevo intento gubernamental de resolver la inseguridad en Michoacán?

No lo sé, pero lo dudo.

Y lo dudo porque los gobiernos, independientemente del color que sean, son parte del problema. Ellos mismos son los que ofrecen la protección que requieren los grupos del crimen organizado. Tal y como lo vimos con Servando Gómez Martínez, alias “La Tuta”, líder de los Caballeros Templarios, que tenía vínculos significativos con el hijo del gobernador michoacano Fausto Vallejo.

Decía Barack Obama, presidente de Estados Unidos, que “ser responsable no es culpar a otros, sino tomar la iniciativa para corregir lo que está mal”. Me temo que la 4T no tiene ese gen en su ADN. Por el contrario, para ellos el impulso es culpar al pasado, victimizarse y proteger a los políticos morenistas que son parte del problema.

Tienen mucho poder, pero no se hacen responsables de sus actos u omisiones.

Ya llegará el día en que la ciudadanía se harte de tantos pretextos y patrañas.