Los ciudadanos no olvidan
Esta administración acumulará pronto más años que éxitos, sumando el desabasto de medicamentos al colapso de la infraestructura hospitalaria junto al derrumbe educativo, un infortunio de catastróficas consecuencias.
Para el régimen no existe la niñez, el abandono lo han consumado bajo argumentos aberrantes y falsedades, mientras se asoma la desolación, hablan horas a diario exaltando mentiras y logros fraudulentos. Presumen una nueva escuela mexicana imaginando a la infancia como instrumentos de adoctrinamiento, pretendiendo instaurar una presuntuosa “revolución de las conciencias”, verborrea insustancial protagonizada por políticos venales para quienes lo más importante es la capacidad de movilización antes que la enseñanza, fingidos socialistas con intransigente experiencia mercantil.
Las escuelas mexicanas languidecen carcomidas por el credo ideológico y la desatención, el deterioro y la obsolescencia son la oferta educativa de un régimen que no tiene decoro para cumplir con sus obligaciones, espacios donde suceden incidentes tan lamentables como la muerte de una niña por la picadura de un alacrán, instalaciones sin limpieza y fumigación, territorios infestados de insectos donde los riesgos son cada vez más graves.
Nuestras autoridades acuden al pasado para vengar trasnochados agravios y exigir disculpas, crean ruidosas ofensas históricas para no hacerse cargo del presente, llevan más de siete años azotándonos con el látigo del ayer mientras el mundo avanza y México cae en todos los indicadores, notoriamente educación y salud.
Esta administración acumulará pronto más años que éxitos, sumando el desabasto de medicamentos al colapso de la infraestructura hospitalaria junto al derrumbe educativo, un infortunio de catastróficas consecuencias.
Las fatalidades se hermanan por la desidia gubernamental, la muerte de un infante es una desgracia que fustiga a toda sociedad y no debe de ser componente del olvido, lo mismo niños afectados por el cáncer que la ausencia de un antídoto, disponible para particulares y ausente en las instituciones públicas, contraveneno proveniente de un esfuerzo científico nacional de hace 95 años, medicamento que desde hace décadas era parte del inventario farmacéutico público, los pretextos y evasivas sobran.
El suero anti alacrán fue creado por dos médicos mexicanos: Carlos León de la Peña Gavilán (1890-1947) e Isauro Venzor (1888-1943). Testigos de numerosas muertes mientras laboraban en Durango, constituyeron un equipo desde mediados de los años veinte del siglo pasado para encontrar el suero vital, a inicios de los años treinta dieron a conocer los avances.
“Antes de 1927, el promedio anual de defunciones en la ciudad por picadura de alacrán era de 44 personas. Luego de que se inició el uso del suero, bajó la mortalidad, y en 1928 fue de 23; 22 en 1928; 13 en 1930, y cuatro en 1931. La defunción entre los inyectados fue del 1%, debido esto a la gravedad de los cuadros y al retraso en su aplicación”. (Historia de la Cirugía General en la República Mexicana III. Editores: Dr. Guillermo León López y Salvador Francisco Campos Campos. Octubre 2013).
La debacle en salud y educación es una de las manifestaciones más retardatarias de quienes se autonombran progresistas, el mortífero ascenso del sarampión, la elevada incidencia de la tuberculosis, la ausencia de la vacuna BCG en los hospitales o centros de salud o la privación de quimioterapias, son tan solo ejemplos.
Acudiendo a la gastada estrategia autoritarita abren carpetas de investigación con el fin de amagar y simular efectividad, todos conocemos a los directamente responsables: Las más altas autoridades de Salud y Educación. Los médicos que crearon el suero anti alacrán nunca se beneficiaron económicamente de su aportación; un auténtico humanismo en contra del autoelogio, la verborrea y la inacción.
“El perdón engrandece a los gobiernos y a los pueblos”: Declara la Presidenta. Los padres agraviados por este régimen no piden el perdón imploran solución, entretanto, los ciudadanos no olvidan.
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