Otro fracaso de López Obrador
Por obvias razones, este gobierno ha soslayado las equivocaciones de la pasada administración.

JUEGOS DE PODER
Por obvias razones, este gobierno ha soslayado las equivocaciones de la pasada administración.
Y vaya que las hubo. Ahora, a la distancia, nos vamos enterando de varios fracasos gubernamentales y casos de corrupción. Sin embargo, el “segundo piso” de la “Cuarta Transformación” mete debajo de la alfombra las pifias cometidas durante la construcción del “primer piso”.
Estamos hablando del periodo en el que el Presidente dijo “no crean que tiene mucha ciencia el gobernar”. Por tanto, un día se levantaba con lo que él consideraba como una idea brillante y movilizaba los recursos del gobierno para implementarla.
Ocurrencias que costaron miles de millones de pesos dejando nulos beneficios.
Hoy voy a hablar de una de esas costosas fantasías que, por desgracia, se hizo realidad: la Megafarmacia.
La historia comienza a principios del sexenio pasado. Al Presidente se le ocurrió desmantelar el sistema de abastecimiento de medicinas para los centros de salud pública.
Como tantas cosas, lo justificó diciendo que existía corrupción, corrupción que nunca persiguió y castigó.
De esta forma, destruyó un sistema que funcionaba razonablemente bien para sustituirlo por una porquería. Se produjo, entonces, un desabasto que todavía hoy no acaba de resolverse del todo.
Ya para finales del sexenio, por ahí de 2023, ante las crecientes críticas por el desabasto de medicinas, AMLO se levantó un día con la “brillante idea” de construir una Megafarmacia en el centro del País para ahí tener un stock de todos los medicamentos, de
tal suerte que se pudiera surtir de inmediato cuando se solicitara de cualquier punto de la República.
De inmediato, el Gobierno federal compró una enorme bodega en Huehuetoca, Estado de México, al que se denominó Centro Federal de Almacenamiento y Distribución de Insumos para la Salud, mejor conocido como Megafarmacia del Bienestar.
El día que López Obrador la inauguró en diciembre de 2023 dijo: “Si no se tiene un medicamento verificado se hará una indagatoria al interior de la dependencia que se trate, y si no se tiene, se manda desde Huehuetoca y tiene que llegar en menos de 48 horas”.
Perfecto, camarada AMLO, que algo aprendió de economía soviética, centralmente planificada, en su paso por la UNAM.
¿Cuáles fueron los resultados de esta ocurrencia?
“El 19 de enero de 2024, sólo 22 días después [de su inauguración], había recibido 12 mil 541 llamadas de gente desesperada solicitando medicamentos ante el desabasto nacional, pero sólo surtió a 67 personas. Para principios de mayo de ese año, su número de recetas surtidas subió a 341 en cuatro meses de operación, lo que representó que surtía apenas 2.7 prescripciones diarias en promedio”.
Esto de acuerdo con un reportaje de Enrique Gómez en El Universal publicado hace dos días.
¡2.7 recetas surtidas por día! Bueno, no seamos alarmistas. La misma nota reconoce que “hasta julio de 2024, la Megafarmacia surtió sólo mil 155 recetas a nivel nacional, es decir, seis diarias en promedio”.
Seis diarias: Una farmacita de pueblo surte más que eso.
A pesar de ser un bodegón enorme, la Megafarmacia nunca almacenó el stock de todos los medicamentos como lo prometió AMLO. Los pocos que tuvo en su inauguración y meses posteriores se los quitaron a los centros de salud pública.
Nunca hubo una compra especial para surtirlos desde ahí. Desde el comienzo de su operación, todo fue un montaje para que el Presidente presumiera que su gobierno estaba “resolviendo” el problema del desabasto.
Reporta Gómez: “En el afán de llenar la bodega se enviaron insumos que difícilmente podrían ser solicitados por un paciente como una urgencia por desabasto en su localidad […] Del IMSS-Bienestar enviaron condones en envases de 100 piezas, gel lubricante a base de agua, jabón neutro, electrolitos orales en polvo, agua inyectable, apósitos (parecidos a las curitas) y gasas”.
El chiste se cuenta solo. Busqué el costo de esta ocurrencia fallida de AMLO. Encontré que la inversión inicial para adquirir el almacén y acondicionarlo fue de tres mil 768 millones de pesos. Y se calcula que el gasto para operar el chistecito fue de 375 millones de pesos el año pasado, el último de AMLO.
La presidenta Sheinbaum debió haber cerrado este fracaso de López Obrador. No lo hizo porque eso hubiera implicado reconocer que la ocurrencia no funcionó. Sin embargo, silenciosamente el gobierno ha convertido la Megafarmacia en un centro logístico para guardar y distribuir medicamentos a almacenes regionales. Y está trabajando por resolver estructuralmente el desabasto de medicamentos que le heredó su predecesor, cosa que todavía no ha logrado a cabalidad.
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