“La Taibofest”
No mentirá quien diga que Taibo II ha desprestigiado el cargo de director del Fondo de Cultura Económica, que alguna vez fue ocupado por personas relevantes.

En una reunión cierto desatentado tipo habló de las orgías a las que había asistido en varios países, comparadas con las cuales las de la Roma de los césares eran simples fiestecitas infantiles. Interesada por el erótico relato una dama de amplísimo criterio, presente en la ocasión, maniobró para ir con el sujeto a un sitio de mayor privacidad. ¿Qué sucedió ahí? Nada. Absolutamente nada. El hombre que se jactaba de haber estado en múltiples bacanales donde gozó exóticos deleites con mujeres de todas las razas no pudo izar la grímpola de su masculinidad. A la mirada interrogativa de su desilusionada pareja respondió con una tímida explicación: “Es que me cohíbe estar a solas con una mujer”. Grano. Buba. Forúnculo. Divieso. Incordio. Pústula. Bubón. Palabras feas son las anteriores, pues designan cosas más ingratas aún. Hay quienes dicen que el sujeto de nombre Paco Ignacio Taibo II es todo eso para el gobierno de la presidenta Sheinbaum: una buba purulenta, un forúnculo piloso motivo de incomodidad y de molestia, pero imposible de extirpar. De majadero y patán es calificado el individuo. Ha dado salida a expresiones de extrema vulgaridad que a más de mostrar soberbia exhiben una completa falta de calidad personal. No mentirá quien diga que Taibo II ha desprestigiado el cargo de director del Fondo de Cultura Económica, que alguna vez fue ocupado por personas relevantes. Su nombramiento, hecho por López Obrador bajo el influjo, se ha dicho, de su más cercano círculo, obligó a reformar una ley en cuyos términos el designado no habría podido llegar al cargo; eso a pesar de haber en el País numerosos intelectuales de mérito que habrían honrado el puesto en vez de deshonrarlo. Ahora Taibo II es objeto de repudio por parte de un gran número de escritoras que se sintieron ofendidas por una imprudente declaración del prepotente funcionario, quien a su talante atrabiliario añade el hecho de aprovechar el cargo para su promoción personal. La feria librera del Zócalo, en cuyos foros se presentó un día sí y el otro también en compañía de sus amigochos, se conoció chocarreramente como “la Taibofest”. Su reciente misógina expresión, hecha ante la Presidenta, fue recibida por ella con una forzada sonrisa y una cautelosa y ambigua corrección en el sentido de que se publicará una serie de libros escritos por mujeres. A pesar de las críticas recibidas por el incómodo funcionario, y de las manifestaciones en su contra, estemos seguros de que no se le tocará ni con el pétalo de una rosa. Gozará de la misma protección de que disfrutan otros entes de semejante laya, como Fernández Noroña y Adán Augusto López. Todos ellos son contlapaches de AMLO, y el libro de memorias que acaba de publicar la Presidenta exhibe con meridiana claridad la dependencia personal, ideológica y política, que la ata al jefe máximo del sistema autocrático bajo el cual vivimos, régimen marcado por la corrupción, la ineptitud y el nepotismo. Albañal. Cloaca. Sentina. Sumidero. Palabras feas son también ésas. Ahí las dejo. Desinit in piscem, decían los latinos para significar que algo empezaba bien y terminaba mal. Hacían alusión a la sirena, cuyo promisorio busto era seguido por una escamosa cola de pescado. Eso me lleva a narrar lo sucedido con dos pescadores, hombres de pocas palabras, taciturnos ambos. Echaron al mismo tiempo sus redes, y uno de ellos sacó una bellísima sirena de hermosos senos ebúrneos y turgentes. En silencio volvió a arrojarla al mar. Preguntó el otro, lacónico: “¿Por qué?”. Con igual laconismo respondió el pescador: “¿Cómo?”. FIN.
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí
Grupo Healy © Copyright Impresora y Editorial S.A. de C.V. Todos los derechos reservados