¿Qué es un derecho animal?
En lo personal estoy totalmente de acuerdo que los animales merecen nuestra acogida, protección, cuidado y trato sin crueldad...

No nos referimos a una idea genérica acerca del derecho de los animales sino concretamente a lo que se entendería como un derecho animal, por lo que es mejor mencionar, a manera de ejemplo, un derecho animal específico, como es el derecho a su vida o a su libertad.
Menciono estos dos derechos pero entre los derechos animales que propone el Movimiento Animal -surgido a principios del siglo XX- se incluyen la protección contra el maltrato y la explotación, el derecho al respeto y el derecho a un medio ambiente saludable.
Esta semana asistí digitalmente a una reunión sobre bioética en la que un par de las ponencias fueron precisamente sobre los derechos de los animales en las que se sugirió un refuerzo mayor sobre el trato digno a las especies animales no humanas, especialmente a los mamíferos superiores y diversas especies marinas y aves, sobre todo porque son sintientes, es decir, sensibles a tratos físicos y condiciones emocionales: Perciben dolor, sufren.
Me permití preguntar a uno de los expositores cómo hacer valer el derecho de los animales a la vida en este mundo en el que miles de millones de personas nos nutrimos de muchas especies animales que necesariamente tenemos que matar para comérnoslos, y a propósito, no solo especies superiores sino también inferiores, por ejemplo algunos insectos rastreros o voladores, como ocurre en regiones de nuestro País en las que se acostumbra comer chapulines, chicatanas u hormigas voladoras, gusanos del maguey, orugas, chinches, pulgas y escarabajos, entre otros, pero éstos también son sintientes pues poseen un sistema nervioso que los habilita para la sensibilidad y que explica, con toda claridad, porqué cuando son agredidos, apenas tomados con muestras manos u oprimidos por nuestros pies, se mueven, contornean o patalean en urgente expresión defensiva o de auxilio.
La respuesta de uno de los ponentes fue una amplia explicación partiendo de su ideología personal acerca de la naturaleza –“yo, como vegano”, dijo- por no como ni consumo productos de origen animal.
Otro razonamiento generado en esos momentos fue considerar que los animales se matan entre sí para comerse unos a otros y que, de acuerdo al derecho animal llevado al punto de respetarles siempre su vida, nosotros -igualmente animales- no los debemos matar para comérnoslos y el expositor nuevamente subrayó que él, en efecto, así lo considera, no debemos matarlos para nuestro beneficio.
Aprovecho aquí para expresar que tal postura, como tantas otras, merece respeto no sólo por ser resultado de la reflexión profunda de un doctor en Filosofía que visiblemente se percibe que toma las cosas en serio, sino que igualmente merece tal respeto cualquier persona honesta y congruente con sus convicciones, aunque esas convicciones uno no las comparta.
En lo personal estoy totalmente de acuerdo que los animales merecen nuestra acogida, protección, cuidado y trato sin crueldad y que esto requiere minimizar el riesgo de provocarles sufrimiento al quitarles la vida o al utilizarlos como sujetos de experimentación e incluso al confinarlos por motivos del necesario control para
obtener valioso beneficio, por ejemplo un establo de vacas lecheras o para tantos otros fines benéficos para el ser humano y para no pocas especies de animales no humanos. Hay ahora publicaciones serias que han mostrado la presencia de rutas bioquímicas y eléctricas existentes en algunas variedades de plantas que suponen una función equiparable a una especie de “sistema nervioso” (sin neuronas ni cerebro) pero que les permite enterarse de lo que ocurre a su alrededor, en su entorno, de manera que se adaptan o aprovechan tales mecanismos “neurobiológicos” para acomodarse al medio, desarrollarse y seguir viviendo, aunque muchos neurobiólogos no ratifican -al menos todavíaesa propuesta, pero si tal hipótesis crece y muestra evidencia de que es correcta, sucederá que alimentarnos de las plantas, especialmente aquellas sintientes, terminará provocando un movimiento vegetal que, al igual que el Movimiento Animal, se opondrá a quitar la vida a ciertas especies vegetales y no podremos consumirlas para nuestra supervivencia.
No somos adivinos pero no creo que esto llegue a tanto, pero….. se ve tanta cosa, que un segmento creciente de personas ya no sabe definir qué es una mujer y qué es un varón.
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