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Sheinbaum: “bueno, ya me voy”

Ha hecho bien la doctora Sheinbaum al cancelar su agenda dominical y presentarse físicamente en algunos sitios y dialogar con grupos de damnificados, aunque haya sido difícil a veces.

Julio Hernández López

Astillero

Durante mucho tiempo las desgracias naturales han sido transformadas por políticos corruptos en formas de apropiación de la solidaridad de particulares y en repudiada demostración de ineficacia y simulación.

A veces, las ayudas son torpe o intencionalmente mal almacenadas (donde pueden permanecer hasta echarse a perder), en otras ocasiones son enfocadas a un manejo partidista o electoral (para promover figuras en funciones o incluso probables candidaturas a cargos de elección popular) y también se ha dado casi por sistema la aplicación presupuestal a contratos con empresas favoritas que pueden entregar material defectuoso o no entregar nada, todo al amparo de las emergencias.

Las recientes lluvias excesivas han provocado fuertes daños materiales, pérdidas de vidas humanas y una explicable desesperación social ante la tardanza de las autoridades federales, estatales y municipales para proporcionar ayuda eficaz y oportuna. En esta ocasión, ha habido especial énfasis en exigir que se tengan mecanismos de información respecto a personas desaparecidas.

La Presidenta de México viajó ayer a algunos de los puntos críticos de la más reciente tragedia y, sobre todo en Poza Rica, Veracruz, batalló para hacerse escuchar, entre sonoras exigencias de acciones concretas. Pedía a los congregados en torno a ella que la escucharan (llevándose dedos de una mano a la altura de la oreja) y que guardaran silencio (con el índice en posición vertical cruzando los labios), e incluso en un momento dijo que ya se iba. En Puebla, ante las denuncias de inacción de un presidente municipal, señaló ante este que creía más a los señalamientos de la gente que a la cantaleta de ese presidente de que “se está trabajando”.

Ha hecho bien la doctora Sheinbaum al cancelar su agenda dominical y presentarse físicamente en algunos sitios y dialogar con grupos de damnificados, aunque haya sido difícil a veces.

Cumplidos el pasado 19 de septiembre 40 años del sismo que tanto dañó a la Ciudad de México, una de las lecciones que todo político debería tener en mente ante hechos de gran tragedia es el no encerrarse en las oficinas y sí vincularse a la mayor brevedad con los afectados, para no ser rebasados y confrontados por una sociedad que supla la indolencia del poder, como en aquella fecha sucedió con el tecnócrata priista Miguel de la Madrid.

Sin embargo, Sheinbaum tiene condiciones más difíciles que sus antecesores para enfrentar las consecuencias de estos desastres naturales. En octubre de 2021 el Senado aprobó la extinción de más de cien fideicomisos, entre ellos el relacionado con estos desastres, el Fonden, que operaba la Secretaría de Gobernación.

En el discurso oficial se asegura que se mantuvo una reingeniería presupuestal que mantendría dinero disponible a la vez que cancelaría caminos de corrupción crónica en ese rubro. Seguiría habiendo disponibilidad presupuestal en el mismo Fonden y se creó un Programa para la Atención de Emergencias por Amenazas Naturales, ahora a cargo de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana.

Lo cierto es que, en general, hay una menor disponibilidad de recursos y ello dificulta emprender acciones de ayuda puntual y clara a los damnificados. Además, la Presidenta no tiene en los gobernadores a los operadores confiables que se necesitan (Rocío Nahle en Veracruz, Alejandro Armenta en Puebla y Julio Menchaca en Hidalgo, llegados los tres al poder a nombre de Morena) e incluso le transfieren cuotas del rechazo ciudadano que ellos han conseguido.

Y, mientras la jefa del Gobierno capitalino, Clara Brugada, ha rendido un primer informe de Gobierno un tanto desvaído, en el que, en todo caso, destacaron dos frases: “Aunque quieran dividirnos somos sólo un proyecto” (en referencia a las presuntas desavenencias con la presidenta Sheinbaum) y “pronto los baches quedarán en la historia”, ¡hasta mañana, con la vista puesta en el proceso de aplicación de entendimientos respecto a Gaza e Israel y la visita y discurso de Trump a este país!