El fin de las sequías
...la ciencia básica termina siendo fundamental y realmente práctica para el progreso de los pueblos, aunque con frecuencia se escucha y se lee lo contrario.

Imagínese usted un material que, como la esponja, pueda contener enormes volúmenes de agua como para que más adelante, al exprimirlo, se puedan regar los campos de cultivo para consumo humano y también las tierras de agostadero. Esto por ahora no es posible, pero una de las puertas para que lo llegue ser algún día se ha entreabierto tras el ingenio y tesón de una tercia de químicos que esta semana recibieron el Premio Nobel de Química 2025.
Ellos son Susumo Kitagawua de la Universidad de Kioto, en Japón; Richard Robson de la Universidad de Melbourne, en Australia y Omar Yagui de la Universidad de California en Berkeley, pero nacido en Jordania de donde muy joven emigró, por repetido consejo de su padre, para irse a estudiar a los Estados Unidos.
Los esfuerzos en este tema datan de hace 36 años, en 1989, cuando Robson, nacido en el Reino Unido y formado como químico en las Universidades de Oxford en Inglaterra y de Stanford en los Estados Unidos, decidió mudarse al citado país oceánico, en buena medida ya animado por la estructura íntima del diamante lo que lo condujo a combinar iones de cobre con una molécula de cuatro brazos para poder así producir así moléculas piramidales las que, una vez unidas, formaron cristales con cavidades, verdaderos poros, lo cual le entusiasmó aún más por el potencial de aplicación de esas estructuras pero… resultó que fueron inestables, tendientes a desintegrarse. Pero no se desanimó. En esas estaba Robson cuando Kitagawa y Yagui continuaron trabajando sobre esos materiales hoy conocidos como “estructuras metalorgánicas” (MOF, por sus siglas en inglés). Concretamente Kitagawa demostró que estructuras a base de zinc, níquel y cobalto sí resultaban estables y además con capacidad para almacenar y luego liberar diversos gases, entre ellos oxígeno. Más adelante, él mismo mostró que los MOF podían armarse con materiales flexibles y por si fuera poco hoy planea utilizar esas estructuras para extraer carbono y oxígeno del aire y convertirlos en materiales útiles.
La historia del jordano -Yaghi- es cautivadora: Su pasión por la química le surgió a sus 10 años de edad cuando se metió de trampa por un ventanal a la biblioteca de su escuela en horas inhábiles y “al aventón” tomó un libro que resultó ser de química. Recuerda que por entonces el hogar que habitaba su familia no contaba con agua corriente ni luz eléctrica. Décadas después. entre las contribuciones de Yaghi está la de haber creado un MOF a base de zinc observando que, gracias a su porosidad, bastó con unos cuantos gramos para almacenar en esa estructura una enorme cantidad de gas pues la superficie comprendida es tan extensa como un campo de futbol. El aprovechamiento y las aplicaciones de estos materiales porosos a base de iones de metales y ligandos (o “ligadores”) orgánicos, además de abrir la puerta para aplicaciones ecológicas y de sostenibilidad (o sustentabilidad, pues ambos términos son permitidos), inspiran usos para un cercano futuro en medicina y otras áreas.
Lo aquí expuesto plantea varias reflexiones: Que la ciencia básica termina siendo fundamental y realmente práctica para el progreso de los pueblos, aunque con frecuencia se escucha y se lee lo contrario; que las motivaciones científicas -como las artísticas y otras- suelen surgir desde la infancia o la juventud temprana, como el caso de Yaghi; que en las ciencias como en el deporte, y en general en el estudio y el trabajo, el tesón es indispensable, pues la perseverancia no es una virtud opcional para el crecimiento personal ni social; que los políticos, y muy en especial los legisladores, han de ser puniblemente omisos si no se esmeran en conocer a fondo sus tareas y sobre todo en saber escuchar a los que saben más de otras materias.
Pasando a otro tema: El Premio Nobel de la Paz para este año ha sido para María Corina Machado (foto) y esto seguramente dolerá mucho para el oficialismo venezolano e igualmente para el oficialismo y el populismo de otros países de la región.
Es una lástima que las ideologías nublen a tal grado la visión de las realidades. Tengo la impresión de que hay muchas “corinas” en nuestro País, y me parece que hay muchas más de las que supongo que hay.
Jesús Canale
Médico cardiólogo por la UNAM.
Maestría en Bioética.
jesus.canale@gmail.com
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí