Claudia en un Zócalo aún compartido
La bandera de la unidad 4T por delante, la invocación de Andrés Manuel López Obrador, la promesa de no romper y el argumento de que es la oposición la que impulsa la idea de un distanciamiento respecto a Palenque...

Astillero
Zócalo lleno, con notable presencia de estructuras corporativas: El charrismo del SNTE, ahora significativamente pintado de guinda; la “CTM-4T”, llamada Catem, del indefendible empresario y diputado monrealista Pedro Haces; la corruptísima herencia sindical petrolera de Carlos Romero Deschamps, ahora encabezada por Ricardo Aldana. Hartos autobuses, contingentes, banderolas, pitidos de locomotora (¿el gángster Víctor Flores, cacique de lo que fue el sindicato ferrocarrilero, ya “redimido”?) pero, por encima de todo, una asistencia importante de personas de a pie, con asistencia individual convencida y esperanzada; la base social de la Cuarta Transformación que sigue fielmente empujando para sostener el proceso de cambio esperado.
Retórica sin destinatarios expresos, pero fácilmente identificables. No más un sistema judicial de amparos (refugio de evasores) que sirva a empresarios mala paga, se apelliden o no Salinas Pliego, para prolongar indefinidamente el cumplimiento de obligaciones fiscales; la reiteración de que quien robe y traicione al pueblo enfrentará a la justicia, sin que se hubieran pronunciado los nombres de Adán Augusto o de vicealmirantes de tío hasta ahora intocado; la insistencia en que México no se doblegará ante presiones extranjeras, sin mencionar a Donald Trump, y que la política de construcción de la paz se decide soberanamente en México, sin señalar a la DEA, el Pentágono, la Casa Blanca o instancias intervencionistas similares.
La bandera de la unidad 4T por delante, la invocación de Andrés Manuel López Obrador, la promesa de no romper y el argumento de que es la oposición la que impulsa la idea de un distanciamiento respecto a Palenque, en tanto Adán Augusto López Hernández y otros de quienes un año atrás habían estado de espaldas, desatentos, cuando la Presidenta pasaba caminando, ahora eran enviados a segunda fila, valla de por medio, sin cuando menos un saludo presidencial a la distancia.
Informe en la capital del País (con discurso empalagoso y olvidable de Clara Brugada) que cerró la gira nacional dedicada a informar sobre el informe oficial presentado al iniciar septiembre ante el Congreso.
Cifras, estadísticas, enumeración de logros alcanzados y de proyectos en curso. Punto relevante el relacionado con la disminución de ciertos grados de pobreza y de la desigualdad económica y social. Ninguna referencia a los mexicanos secuestrados por Israel ni al genocidio en Gaza. Cierre discursivo de emotivo compromiso absoluto con las causas que llevaron al movimiento guinda al poder, ante otro Zócalo lleno, aunque a saber si con los mismos contenidos.
La organización legal Adalah (que defiende los derechos humanos en Israel y, en particular los de la minoría árabe palestina en este país), dio a conocer mediante un comunicado dominical, ya que representa a la mayoría de los integrantes de la Global Sumud Flotilla, detenidos ilegalmente, que tuvo testimonios de maltratos: “Manos atadas durante horas, obligados a sentarse o arrodillarse bajo el sol, exposición a patadas, palizas y abusos verbales con connotaciones racistas”. El diario de ese país, Haaretz, que a su vez revisó 288 protocolos judiciales relacionados con los detenidos, encontró denuncias similares (https://goo.su/dACYR).
Tales denuncias, entre las cuales destaca la correspondiente al ensañamiento contra Greta Thunberg, la figura más conocida de esa flotilla, deberían provocar reacciones de los países a los que pertenecen los agraviados, en demanda de freno a las violaciones a los derechos humanos y rápida extradición. En ese conjunto de detenidos hay ciudadanos mexicanos por los cuales el Gobierno claudista debería abogar más allá de las rutinas, aplicándose a la exigencia de esclarecimiento de las condiciones en que se encuentran y de su rápida devolución a México. ¡Hasta mañana!