Adán Augusto, el intocable
Mi teoría es ésta: Adán Augusto López está más firme en su cargo que Claudia Sheinbaum en el suyo.

De política y cosas peores
Por un besito ni dos a nadie castiga Dios. No fue un par de besos, sino muchos, los que en el soledoso y umbrío paraje llamado el Ensalivadero le dio el lascivo galán a la candorosa joven a quien acababa de conocer en una reu. (Así se dice ahora por decir “reunión”). A los tales besos -mordelones, lametones y de chupetones- siguieron caricias encendidas que inevitablemente llevaron a la realización del consabido acto natural. Bien dice el antiguo proverbio admonitorio: “Besos, caricias, y hasta ahí nomás, eso nunca lo verás”. Y aquel otro dicho de nuestros abuelos: “Abrazos y besos no hacen hijos, pero son preparatijos”. Concluido el erótico trance ella le preguntó a él: “¿Cómo te llamas, de dónde eres y a qué te dedicas?”. Ante ese extraño interrogatorio inquirió él, receloso: “¿Por qué quieres saber todo eso?”. Explicó ella: “Debo conocerte bien. Mi mamá me tiene dicho que no salga con desconocidos”. Un individuo bebía su copa, solitario, en la barra del Bar Ahúnda. Triste, abatido, acongojado, de vez en cuando exhalaba un suspiro pesaroso. El cantinero, compasivo como todos los de su oficio, le preguntó solícito: “¿Qué le sucede, amigo?”. Tras otras varias exhalaciones respondió el hombre: “Me casé con mi esposa, y disfruté la felicidad con ella nada más dos meses”. El barman condolido, le iba a dar el pésame, pero continuó el sujeto: “Y eso que tenemos ya 20 años de casados”. Desde Arquímedes hasta Stephen Hawking, pasando por Copérnico, Galileo, Newton, Darwin y Einstein, los hombres han gustado de hacer teorías arriesgadas. Lejos de mí la temeraria idea de pretender emular a esos sabios varones, pero yo también tengo una teoría que, como dicen los merolicos, paso a presentar. Mi teoría es ésta: Adán Augusto López está más firme en su cargo que Claudia Sheinbaum en el suyo. Arriesgada es la hipótesis, lo reconozco, pero tiene fundamento. El rabilargo senador goza de la protección incondicional de AMLO, de quien es hermano postizo y contlapache. Un momentito por favor. Voy a detenerme en ese voquible, “contlapache”. De claro origen mexicano, la palabra designa a lo que en castellano se conoce como cómplice o compinche. El término proviene del náhuatl tlapachoa, la acción por la cual la gallina cubre los huevos que está empollando o abre las alas para proteger a sus polluelos cuando los amenaza algún peligro. Hecha esa explicación, prosigo. Contlapache de López Obrador, el tal Adán Augusto es intocable, y por lo tanto sus turbiedades no serán investigadas, y menos aún punidas. Ir contra él sería ir contra AMLO, lo cual es inconcebible. Quienes alardeaban de honestidad patriótica resultaron más corruptos que sus predecesores, e hicieron del País una pocilga, un estercolero. Observar el comportamiento de los hermanos del caudillo -los naturales y el postizo-, y el de sus retoños, lleva a recordar la frase emblemática de aquel gran comediante de la televisión, Pompín Iglesias: “¡Qué bonita familia!”. Al nuevo querindongo de Facilia le llamó la atención ver pintadas en el piso de la alcoba de la mujer unas flechas que conducían al clóset de la habitación. Le explicó ella: “Es que a veces mi marido llega repentinamente”. Doña Panoplia, dama de sociedad, estaba en la ducha. En eso entró al baño la joven y linda mucama de la casa. Indebida era esa entrada, pero más indebido aún el hecho de que la muchacha iba sin más cobertura que la de un moñito rojo que llevaba en la cabeza. Le preguntó doña Panoplia, sorprendida e irritada: “¿Qué haces aquí, Mary Thorn?”. “Perdone la señora -respondió la curvilínea fámula-. Creí que el que se estaba bañando era el señor”. FIN.
Mirador
Por Armando FUENTES AGUIRRE
Esta avecilla de presuroso andar se llama tildío.
Su nombre es onomatopéyico: La palabra imita la voz del pequeño pájaro.
Amo al tildío porque es actor, como lo fui yo en mi juventud. Cuando un predador -serpiente, gavilán, zorrillo, halcón- anda cerca del nido, hecho en la tierra, donde la hembrita empolla los huevos o cuida a los polluelos, el tildío finge cojear, arrastra el ala y lanza lastimeros trinos como si estuviera herido. El predador va hacia él, creyéndolo indefenso, y así el tildío aparta el peligro que amenazaba a su compañera y a su prole.
Este pajarillo gusta de los lugares donde hay agua. Anda siempre a la carrera junto a los ríos, lagos y lagunas. Lo miro ir y venir en el estanque del Potrero, en el arroyo y las acequias. Procuro no turbarlo. A la distancia lo saludo en voz muy baja:
-Hola, colega.
¡Hasta mañana!
MANGANITAS
Por AFA
“Dejó de funcionar la administración federal en Estados Unidos”
La crítica no perdona,
y dice en redes sociales
hablando de nuestros males:
-Aquí tampoco funciona.
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