El Imparcial / Columnas /

Presidenta sin luz propia

Temo la reacción de la 4T ante el alud de críticas por los desastrados sucesos recientes, en especial lo del tráfico de huachicol y lo de Adán Augusto López.

. Catón

De política y cosas peores

“Un pend… callado es oro molido”. La frase es del Chaparro Tijerina, orgullo de Los Herreras, Nuevo León, donde el machacado -que no machaca- con huevo alcanza categoría pontificia. Y dijo Bernard Shaw: “Creo en el valor del silencio. Puedo pasarme horas hablando acerca de él”. Yo jamás he sabido callar. Eso me ha causado predicamentos graves. En la escuela donde cursé la secundaria se nos obligaba a los alumnos a llevar corbata. El primer día de clases un maestro nos mostró la importancia de portar ese adminículo. Se despojó del saco y lo arrojó a un lado. Se quitó la corbata y la aventó al otro. Se desabotonó los dos primeros botones de la camisa y dijo luego: “¿Verdad que parezco un patán?”. Y en seguida: “Ahora vean”. Con parsimonia procedió a cerrar los botones; se anudó ceremoniosamente la corbata y volvió a ponerse el saco. Preguntó: “¿Qué parezco ahora?”. La respuesta se me escapó solita: “Un patán con saco y corbata”. Risas contenidas del grupo y furiosa reacción del profesor: “¡Sálgase p’afuera!”. Aquella mañana, la primera del año escolar, la pasé deambulando por las calles mientras llegaba la hora de volver a casa al tiempo en que supuestamente había salido de la escuela. Temo la reacción de la 4T ante el alud de críticas por los desastrados sucesos recientes, en especial lo del tráfico de huachicol y lo de Adán Augusto López. No me cabe duda de que el que manda vive enfrente. Tengo la certidumbre de que el caudillo sigue imponiendo sus consignas desde La Chin... Los tímidos esfuerzos que la Presidenta ha hecho a fin de parecer que ella es la que gobierna se estrellan contra la dura realidad que se muestra en la permanencia en su cargo del tal Adán Augusto, hermano postizo de AMLO, y en la impunidad de que gozan los mandos y ex mandos de la Marina en relación con el comercio ilegal del combustible. Entiendo la imposibilidad de que la doctora Sheinbaum dé un manotazo como el que dio Lázaro Cárdenas para acabar con el maximato de Plutarco Elías Calles. La popularidad de la Presidenta es prestada. Si me atreviese a hacer un facilón símil astronómico diría que ella es como la luna, satélite sin luz propia que refleja la del sol, en este caso el hombre que le dio el bastón pero no le cedió el mando. Es innegable el ascendiente de AMLO sobre su clientela electoral. Eso le da un poder transexenal que ningún otro Presidente ha tenido desde el citado Calles. Con tan incontrastable dominio personal, llegado el caso, bien podría decirle a Claudia Sheinbaum: “¡Sálgase p’afuera!”. Entonces lo mejor para ella es resistir el impulso de ser ella. Como dijo el señor cura García Siller, párroco de la Catedral de mi ciudad, en uno de sus famosos brevísimos sermones: “Así anda el mundo y ni modo”. En la cantina del lugar, don Cucoldo les comentó a sus amigos: “Anoche hice el amor con mi mujer”. “¡Ah! -exclamó uno de ellos-. ¡Le pusiste el cuerno a la mitad de los hombres del pueblo!”. Noche de bodas (de las de antes). El novio le preguntó, solemne, a su desposada: “¿Eres virgen?”. “¡Vaya! -se enojó ella-. ¿Quieres foll… o me quieres rezar?”. Sor Bette percibió en el jardinero del convento un sospechoso tufo a trasnochado alcohol. Le preguntó, irritada: “¿Otra vez viene usted borracho, Etilio?”. Protestó el jardinero: “¡Le juro que nomás me tomé una madrecita, copa!”. “Está bien -cedió por fin la linda Susiflor a las eróticas instancias de Afrodisio, galán concupiscente-. Pero lo haremos de pie sobre una hamaca”. “¿Por qué?” -se sorprendió el lúbrico galán. Respondió ella: “Porque no quiero que vayas a pensar que soy una mujer fácil”. FIN.