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La fortuna del “hermano” rico de López Obrador

¿Cuál es la probabilidad de ganarse dos veces el premio mayor de la Lotería? ¿Por qué eso sólo le pasa a un político mexicano?

Leo Zuckermann

Juegos de poder

No cabe duda de que los políticos mexicanos son gente muy afortunada. Muy. Son ricos porque les suceden cosas venturosas.

Fíjese usted, por ejemplo, en la suerte de Adán Augusto López Hernández.

Dejó la gubernatura de Tabasco, donde nunca se enteró que su secretario de Seguridad Pública era el jefe del grupo delincuencial más importante del Estado, para irse como secretario de Gobernación del presidente López Obrador. Luego renunció para competir por la candidatura presidencial de Morena. Aunque perdió, se convirtió en el coordinador de la campaña de la ganadora, Claudia Sheinbaum, consiguió un escaño en el Senado por la vía plurinominal y acabó siendo el coordinador de los senadores de Morena.

Mientras tanto, en esos años, entre 2023 y 2024, recibió 79 millones de pesos de empresas privadas que no presentó en sus declaraciones patrimoniales. Dinero de corporaciones que fueron beneficiadas con recursos públicos y, por lo menos una, considerada como “fantasma” por el SAT.

De verdad, qué suerte.

El senador ha explicado de dónde le llegó tanto dinero. Un abanico impresionante de fuentes de recursos: Herencias familiares, honorarios por servicios notariales, litigios en Estados Unidos y venta de ganado.

Un hombre afortunado, sin duda.

El “hermano” rico de un Presidente pobre que traía sólo 200 pesos en su cartera, sin cuentas bancarias y estaba a favor de la austeridad material como forma de vida.

Quien fuera López Hernández que tapizó el País con propaganda a su favor en la contienda de las “corcholatas”. Recursos ilimitados que nadie fiscalizó.

Bien decía Maquiavelo que la fortuna desempeña un papel importante en el éxito de un líder. La suerte de la que un político puede beneficiarse de circunstancias favorables. Vaya que Adán Augusto la tuvo. Además de tener poder político gracias a su relación con su “hermano” que despachaba en Palacio Nacional, tenía cada vez más poder económico. Pertenecía al selecto grupo del 0.1% de la población nacional que tiene ingresos de alrededor de un millón de pesos al mes o más.

Sí, el entonces Presidente tenía un “hermano” muy rico.

Tan afortunado como aquellos políticos del “nuevo PRI” de Peña.

Ahí está Fidel Herrera, quien fue gobernador de Veracruz y, qué maravilla, se ganó el premio mayor de la Lotería Nacional no una sino dos veces. “Siempre he tenido suerte desde chamaco”, presumió el afortunado quien salió de la gubernatura con una enorme riqueza que justificó por haberle pegado dos veces al “gordo”.

¿Cuál es la probabilidad de ganarse dos veces el premio mayor de la Lotería? ¿Por qué eso sólo le pasa a un político mexicano?

O como Luis Videgaray quien, siendo funcionario del Estado de México, le compró una casa en el club de golf de Malinalco a una empresa contratista del Gobierno de esa entidad. Grupo Higa le financió más de medio millón de dólares en una hipoteca. Videgaray, como López Hernández, nunca dio a conocer esta casa en su declaración patrimonial.

Cuando se hizo pública la existencia de esta residencia, Videgaray señaló que él la había pagado con tres obras de arte y un cheque, fechado el 31 de enero de 2014, que fue cobrado hasta casi un año después.

¿Por qué ese tipo de situaciones tan favorables sólo les pasa a los políticos en México?

Y no olvidemos, claro, a Peña.

El mismo Grupo Higa, contratista favorito de los gobiernos mexiquense y federal, también le entregó una casa de varios millones de dólares en las Lomas de Chapultepec, la famosa “Casa Blanca” que presumió su esposa, Angélica Rivera, en una revista de sociales.

Cuando nos enteramos, ella salió a declarar que la mansión era de su propiedad, fruto de 25 años como actriz de telenovelas. Que la había adquirido como resultado de la terminación de su contrato laboral con Televisa. El dueño de Higa, Armando Hinojosa, había comprado el terreno y les había financiado la construcción de la propiedad a su gusto.

¿Por qué los políticos mexicanos suelen tener la fortuna de casarse con mujeres prósperas para justificar su riqueza?

López Obrador prometió “purificar” la vida pública del País; acabar con la corrupción rampante que trajo la nueva generación de priistas liderados por Peña. Hoy nos enteramos de que “su hermano” Adán Augusto, a quien hizo secretario de Gobernación, era igual de afortunado que los suertudos del PRI.

Ya, en serio, que se vayan con esos cuentos chinos a convencer a otros cretinos.

La realidad es que son una bola de corruptos que se aprovechan de sus puestos para enriquecerse. Cuando los cachan, pretenden engañarnos con explicaciones absurdas.

Y ya ni hablar de la “purificación” que prometía López Obrador de la vida pública. Hoy, siete años después de que llegaron al poder, está igual o peor que antes.

Leo Zuckermann

X: @leozuckermann

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