Paracetamol, embarazo, autismo y el doctor Trump
Las recientes expresiones del presidente Trump sobre el punto han sido valoradas como atrevidas, prematuras y exageradas, esta vez sobre el analgésico quizás más consumido en el mundo...

“No tomen Tylenol… luchen con todas sus fuerzas para no tomarlo” dijo el presidente Trump refiriéndose a las mujeres estadounidenses en feliz espera de bebé. ¿De dónde viene este mensaje? Seguramente de información que miembros de su equipo le habrían transmitido sobre el tema.
Las opiniones de toda persona, siempre y cuando sean bien intencionadas y sin ánimo de engañar, deben ser escuchadas con el debido respeto aunque no siempre compartidas. Lo primero para aclarar es que hay información para suponer el supuesto perjuicio de ese medicamento, que es una de las marcas del popularísimo paracetamol, por cierto más conocido en otros sitios como acetaminofén.
Dicha suposición proviene de información recientemente aparecida en una publicación de corte científico indicando que existe alguna asociación entre paracetamol y autismo, contenida en los resultados de un análisis de 46 estudios de múltiples países pero esto no se ha visto bien respaldado por otros estudios de alta calidad.
Por lo visto, pues, parece no haber evidencias sólidas y convincentes de que este medicamento sea de alguna manera la causa de autismo cuando el bebé haya sido expuesto a paracetamol, aclaración también respaldada por los autores del propio estudio. Pero, ¿qué nivel de importancia tiene advertir a las mujeres embarazadas que se abstengan de tomar paracetamol?
Esto tiene un notable nivel de importancia pues el paracetamol ha sido por mucho tiempo el medicamento más recomendado y tenido por el más seguro para el control del dolor y la fiebre durante el embarazo. Ciertamente hay otros productos eficaces para el dolor y la fiebre pero no suelen ser la primera opción recomendada para la mujer en feliz espera, y en caso dado, será el médico quien decidirá la mejor opción para una mujer en lo individual.
Otra razón de importancia para no sembrar temores innecesarios es que este medicamento está generalmente muy disponible tanto en no pocas marcas comerciales como en su versión genérica bajo la denominación de paracetamol o acetaminofén, y además a un costo de ordinario más al alcance de los presupuestos de la mayoría de las embarazadas.
Estas y otras características del medicamento vienen siendo ventajas reales para que, por ahora y sin tener una sólida evidencia de su relación como causa del autismo, no se le atribuyan riesgos aún no confirmados. Pero, lógicamente, el dato elemental es saber si el autismo es más frecuente o no en los niños nacidos de madres que tomaron paracetamol durante el embarazo, y en este sentido, un estudio realizado en Suecia analizó datos de dos y medio millones de niños nacidos de madres que tomaron el producto y resultó que el 1.42 % de ellos tuvieron autismo en comparación con el 1.33% de los nacidos de madres que no lo tomaron, diferencia señalada como muy pequeña en la consideración del director del equipo investigador, pero además analizaron la diferencia en cuanto a la aparición de autismo en pares de hermanos -hijos de la misma madre- en los que uno había sido expuesto al paracetamol durante su gestación y el otro no, y resultó que no se encontró asociación entre paracetamol y autismo. En Japón se hizo otro estudio semejante publicado este año, esta vez entre 200 mil hermanos, y no se encontró relación entre el uso de paracetamol en el embarazo y el autismo en los hijos.
La Agencia de Medicamentos y Alimentos (FDA, siglas en inglés) de los Estados Unidos si bien reconoce que “aunque se ha descrito una asociación entre paracetamol y autismo… no se ha establecido una relación causal y existen estudios contradictorios en la literatura científica”. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA, siglas en inglés) ha dicho en relación a todo esto que “la evidencia disponible no ha encontrado ningún vínculo entre el uso de paracetamol en el embarazo y el autismo” y sostiene que el paracetamol puede utilizarse de forma segura en la gestación cuando sea necesario, a la dosis eficaz más baja y por el menor tiempo posible; ha añadido que la agencia no considera que deban modificarse las guías o recomendaciones sobre el uso del medicamento en el embarazo.
Las recientes expresiones del presidente Trump sobre el punto han sido valoradas como atrevidas, prematuras y exageradas, esta vez sobre el analgésico quizás más consumido en el mundo, hasta ahora con una trayectoria de seguridad inigualable. La veracidad y en general la prudencia verbal en los políticos es fundamental para mantener un liderazgo confiable y eficaz.
Jesús Canale
Médico cardiólogo por la UNAM.
Maestría en Bioética.
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