México por malos rumbos
No quiero ser arúspice de males, pero pienso que en lo económico nos vamos pareciendo a Venezuela, y en lo político a Cuba.

De política y cosas peores
“No te cases con esa mujer -le dijo a Ovonio su mamá-. Tiene dinero, pero su pasado es muy oscuro”. “Es cierto -reconoció el tal Ovonio, que en toda su vida no juntaba un desgraciado turno de 8 horas de trabajo-. Pero si no me caso con ella mi futuro será más oscuro todavía”. Un encuestador le preguntó a Babalucas: “¿Está usted a favor de la pena capital?”. “Sí -respondió el tontiloco-, a condición de que no sea demasiado severa”. La fiesta se puso sumamente tormentosa. Uno de los invitados notó la presencia de una joven que al parecer no disfrutaba la ocasión. Se veía tímida, reservada, púdica. Conmovido, fue hacia ella y le preguntó, solícito: “¿Quieres que te lleve a casa?”. “Sí -respondió ella de inmediato-. ¿Dónde vives?”. No quiero ser arúspice de males, pero pienso que en lo económico nos vamos pareciendo a Venezuela, y en lo político a Cuba. Aunque la rima sea malsonante, es aberrante, indignante y preocupante que la 4T reviva cosas del pasado que ciertamente no son acreedoras de resurrección. Los sucesos acontecidos en el año 65 del pasado siglo en Madera, Chihuahua, lo mismo que sus secuelas criminosas llevadas a cabo por la Liga 23 de Septiembre, fueron fruto de la ideología extremista de quienes pensaron que con las armas podrían derrocar al sistema en el poder y sustituirlo por otro de corte comunista. Tan delirante pretensión derivó en asesinatos incalificables, secuestros, extorsiones y otros actos violentos. Eso dio origen a la igualmente criminal guerra sucia emprendida por el Gobierno. Cuando la dictadura benévola se vio amenazada cambió su benevolencia por una represión feroz en la cual todos los derechos humanos fueron vulnerados. Convertir en héroes a los equivocados guerrilleros, y hacer memoria oficial de sus violencias, son nuevos indicios del rumbo que los actuales tenedores del poder quieren dar a nuestro país, rumbo basado en concepciones superadas ya, y que indefectiblemente llevan a la construcción de un estado autoritario y totalitarista como los que tienen a los cubanos y venezolanos sumidos en la ruina económica y en la opresión política. Esto que digo no es catastrofismo ni augurio pesimista. Es inquietud basada en la observación de los hechos que día a día se van sucediendo en nuestro País. Quienes se apoderaron de él validos de la democracia la han destruido sistemáticamente. Quienes juraron respetar las leyes han pasado por encima de ellas para dar fuerza a su dominación, y perpetuarla. Por mal camino vamos, el camino que lleva a la supresión de los derechos del individuo y a la entronización del Estado como ente todopoderoso sin frenos ni contrapasos que lo acoten. Los tiempos que vivimos no son buenos. Espero equivocarme, pero podrán ponerse peores. Mark my words, como en inglés se dice. El siguiente relato pertenece a los tiempos de la Segunda Guerra. Un joven GI envió a su padre una carta. Antes de exponer su contenido diré que un GI era un soldado del ejército americano. Las letras que lo designaban correspondían a la expresión government issue, algo así como elemento gubernamental. En la carta el muchacho le contó a su papá: “No puedo decirte dónde estoy, pero ayer vi desde lejos un oso polar”. (Nota. Lo más probable es que estuviera en las Islas Aleutianas). Un mes después le envió otra carta: “No puedo decirte dónde estoy ahora, pero ayer pasé la noche con una bailarina de hula”. (Nota. Lo más probable es que estuviera en Hawai). Después de varias semanas le envió una tercera misiva: “No puedo decirte dónde estoy, pero el médico del hospital me dijo que debí pasar la noche con el oso y ver de lejos a la bailarina de hula”. FIN.
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