Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas /

“Vámonos Patria a caminar, yo te acompaño…”

En la larga y oscura noche del neoliberalismo nuestra soberanía se fue volviendo un concepto hueco, carente totalmente de sentido.

Epigmenio Ibarra

ITINERARIOS

Cuarenta millones de mexicanas y mexicanos o de origen mexicano que viven y trabajan al Norte del Río Bravo. Mil 520 kilómetros de una frontera porosa en ambos sentidos -más que un puente entre dos naciones, una herida abierta como decía Carlos Fuentes- hacen que para México la dignidad y la soberanía nacional que, con ese vecino que tenemos siempre han estado en riesgo, adquieran una relevancia vital. En la larga y oscura noche del neoliberalismo nuestra soberanía se fue volviendo un concepto hueco, carente totalmente de sentido. Lo mismo sucedió con la dignidad del pueblo de México. Mientras que, se postraba servil ante Washington y la vieja Europa, la camarilla gobernante trataba con desprecio a las grandes mayorías.

La democracia era solo una simulación. Los votos se robaban o se compraban. El bipartidismo, la coartada de un atajo de ladrones que se turnaban para saquear al País. La división de poderes, una farsa. La libertad de prensa, una impostura. Las grandes figuras de los medios -que hoy se fingen defensores y mártires de la democracia- callaban ante los crímenes del régimen o peor todavía, los justificaban.

Era necesaria, antes de que sobreviniera un estallido social incontenible, que se produjera una ruptura profunda con el pasado de corrupción y autoritarismo, con ese régimen empeñado en rendirse ante Washington y el poder económico. La Patria se nos deshacía entre las manos. En el abismo de la desigualdad social y de la violencia criminal se hundía el País.

Era también urgente un replanteamiento radical de ese modelo económico, social y político en el que solo unos cuantos tenían futuro y en el que los derechos del pueblo se volvieron mercancías. Hacía falta una revolución, tan profunda como las otras tres que hemos vivido en México, pero sin derramamiento de sangre, que permitiera al pueblo recuperar la dignidad que le había sido arrebatada y retomar -como lo establece el artículo 39 de la Constitución- las riendas de su destino.

Sin romper siquiera un vidrio, armadas sólo de conciencia y convicción, las grandes mayorías protagonizaron en el 2018 esa insurrección pacífica y democrática. En el 2024 volvió a producirse un nuevo alzamiento cívico.

“La independencia nos dio Patria, la transformación nos asegura el futuro” dijo este miércoles en El Zócalo Claudia Sheinbaum Pardo y tiene razón. Hoy somos millones -al Sur y al Norte de la frontera- quienes, junto a la primera Presidenta de nuestra historia y citando a Otto René Castillo, decimos “vámonos Patria a caminar, yo te acompaño”.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí