Estrategia de Trump y la violencia en México
...la estrategia de Trump ha detonado una enorme preocupación en CEO y directivos mexicanos. ¿Serán los siguientes en ser identificados como aliados de terroristas?

Ana María Salazar
Desde que rindió protesta Donald Trump como Presidente en enero, anunció un cambio radical en la estrategia de Estados Unidos para combatir y enfrentar organizaciones criminales trasnacionales. Lo que marcó el inicio de esta estrategia fue clasificar a ocho organizaciones, de México, Venezuela, Colombia y El Salvador como “terroristas”. Además de darle prioridad a la persecución penal en contra de estas organizaciones, un aspecto importante es imponer sanciones en contra de funcionarios, familiares, bancos, y empresas que facilitan el negocio de estos “terroristas”. Inclusive cantantes y artistas han perdido su visa por hacer apología a los “terroristas”. Como le he comentado en este espacio en otras entregas, un objetivo primordial es abrir el abanico de sanciones y persecuciones a más individuos que normalmente habrían sufrido consecuencias por sus vínculos con organizaciones criminales. Y aunque hasta el momento han sido contados las empresas y funcionarios que han sido señalados, la estrategia de Trump ha detonado una enorme preocupación en CEO y directivos mexicanos. ¿Serán los siguientes en ser identificados como aliados de terroristas?
Un aspecto fundamental de esta y otras estrategias de Trump es promover un ambiente de miedo, de zozobra y de certeza de que habría consecuencias de su participación en actividades delictivas. Por ejemplo, la amenaza de sanciones a bancos y empresas que ofrecen servicios financieros de lavar activos o permitir que estas organizaciones “terroristas” tener acceso al sistema bancario. Y, de hecho, en México tres instituciones financieras mexicanas, CIBanco, Intercam Banco, y Vector Casa de Bolsa, han sido señalados de lavado de dinero y vínculos con el crimen organizado, especialmente con el tráfico de fentanilo. Y aunque estas instituciones financieras representan un porcentaje mínimo de estas señalizaciones ha desatado temor y miedo de que otros bancos más relevantes sean señalados.
Esta estrategia podría poner en jaque el sistema bancario mexicano. Estos señalamientos seguramente se tradujeron en que todos los bancos empezaran a depurar cuentas posiblemente vinculadas con organizaciones criminales para evitar caer en la red de sanciones.
También la estrategia militar de la Casa Blanca en el Caribe es notable y refleja un cambio radical de cómo el vecino percibe las organizaciones traficantes: Estados Unidos les ha declarado la guerra a los traficantes. Se nota y se entiende lo que parece ser una firme determinación del ahora secretario de “Guerra” (nuevo nombre del titular del Pentágono) ya que en este momento se encuentran ocho buques y destructores, un submarino, y más de 4500 elementos militares literalmente “vigilando” las costas de Venezuela: Un país que es gobernado por un Presidente acusado de liderar una organización criminal por la cual EE.UU ofrece 50 millones de dólares.
¡Y el costo diario de este despliegue podría ser entre 15 y 25 millones de dólares diarios! Aunque el espectáculo es caro, la verdad es que son pocos los tripulantes de lanchas rápidas que estén dispuestos a correr riesgo de mover cocaína u otras drogas en el Caribe.
El hecho de que la Casa Blanca identificó la frontera entre México y EE.UU como una zona federal y de seguridad nacional, además de incrementar la presencia militar, se tradujo en una enorme reducción del tráfico de personas y de drogas.
Y sí, pudiéramos decir que el amenazar y asustar podría ser una estrategia efectiva, y electorera para el presidente Trump, aunque cara, la interrogante es qué tan efectiva será a largo plazo. Lo que sí debemos de anticipar el impacto que podría tener esta estrategia en México y los otros países involucrados. Seguramente las amenazas y las capacidades de Estados Unidos, se están traduciendo en miedo a traficar drogas, de lavar dinero, de traficar migrantes, y de cantar narcocorridos. Pero la interrogante es: ¿Qué harán estas organizaciones “terroristas” con capacidades bélicas y control territorial en México? ¿Cruzarse de brazos y poner más taquerías?
No, es muy probable que la estrategia de Trump se traduzca en más violencia y control territorial de estas organizaciones criminales. De qué vivirá tanto sicario, “halcón”, lavador de activos, traficante de armas, etc. Pues, voltearán a ver a sus vecinos para extorsionar, secuestrar, y asesinar.
De algo tienen que vivir y el Gobierno, aunque podría tener la voluntad, no tendrá ni la capacidad ni los recursos para perseguir organizaciones criminales locales. Ni hablar de los incentivos agregados para asegurar el control territorial mediante la elección de gobernantes y presidentes municipales afines a ellos. El País ciertamente enfrenta un incremento de violencia contra la población en el 2026 y 2027, gracias en parte por las presiones y el espectáculo de Trump.
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