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El espejismo de la soberanía en el País

Espejismo, fantasía, visión falsa, ilusión. Pobre México, tan cerca de los Estados Unidos y más cerca aún de la tal 4T.

. Catón

De política y cosas peores

Noche de bodas. Se consumó el matrimonio en la forma en que los matrimonios suelen consumarse. Al término del acto connubial la ingenua desposada miró llena de alarma la desfallecida entrepierna de su maridito y le dijo con voz llena de congoja: “¡Ay, Leovigildo! ¡Te juro que no me la quería acabar toda!”. (¡Tontita! Como decía el conductor de la televisión: Aún hay más). Selma y Telmo cumplieron 50 años de casados. Alguien les regaló una lámpara de forma extraña y Selma la frotó para limpiarla. ¡Wham!, de la lámpara surgió un genio de Oriente. “Me han liberado ustedes de mi prisión eterna -le dijo-. Por eso, y porque han sido una pareja ejemplar, le cumpliré un deseo a cada uno”. Pidió Selma: “Quiero hacer un viaje por el mundo con mi Telmo”. ¡Wham!, apareció en las manos de la señora un par de boletos para un crucero de lujo alrededor del orbe. Telmo dijo: “Me gustan las mujeres jóvenes. Quiero que Selma sea 30 años menor que yo”. ¡Wham!, Telmo se encontró convertido en un anciano de 100 años. Después de resistir por algún tiempo la joven Liriola, doncella sin ciencia de la vida, cedió por fin al pertinaz asedio de Afrodisio, galán libidinoso. Con él fue al Motel Kamawa, y en la habitación número 210 le suplicó: “Sé delicado, Afro. Soy débil de corazón”. “Está tranquila -le dijo el salaz tipo-. El corazón no te lo voy a tocar”. El pequeño perro, un amoroso fox terrier, se llamaba “Nipper”. Su dueño tenía apellido francés, Barraud, pero era londinense. Aficionado a los aparatos fonográficos de su tiempo, finales del siglo XIX, poco antes de morir grabó su voz en un cilindro. Sucedió que su hermano Francis, pintor, reprodujo cierto día el cilindro en un gramófono. Al oír la voz de su amo acudió a oírla el perrito. Eso emocionó tanto al artista que pintó un cuadro que representaba a “Nipper” junto a la bocina del aparato, en actitud de escuchar con atención aquella amada voz. La pintura, a la que llamó precisamente “La voz de su amo”, interesó a una compañía discográfica para su publicidad, y le ofreció a Barraud comprársela a condición de que hiciera una nueva versión de ella, cambiando el aparato reproductor de cilindros por la nueva reproductora de discos fonográficos. Desde entonces la imagen de “Nipper” ha dado la vuelta al mundo como emblema de la marca Víctor. En el mundo hay desiertos de arena. Hago la precisión porque aunque siempre relacionamos la palabra “desierto” con arena, el término define a los lugares donde llueve poco o nada. Así las cosas, también hay desiertos de hielo. Aunque parezca extraño, la Antártida es un desierto, el mayor del planeta. Pero advierto que estoy disvariando, como dicen en el Potrero cuando alguien habla sin sentido. En los desiertos de arena, como el Sahara, se produce un fenómeno llamado Fata Morgana, o fatamorgana, expresión que significa espejismo, fantasía, visión falsa, ilusión. Reúno ahora los nombres del perrito “Nipper” y de la Fata Morgana, y digo que al aplicar la 4T pesados aranceles a los productos chinos está obedeciendo la voz de su amo, el poderoso vecino del Norte. Y seguidamente pregunto: ¿Soberanía? Y me respondo: Espejismo, fantasía, visión falsa, ilusión. Pobre México, tan cerca de los Estados Unidos y más cerca aún de la tal 4T. La mamá de Pepito se inquietó cuando el chiquillo le dijo: “Hay una diferencia muy grande entre los niños y las niñas”. “¿Cuál es?” -le preguntó, nerviosa. Respondió el chamaco: “Las niñas no tienen pelotas”. La señora iba a reprender a su hijo por tamaña vulgaridad, pero no lo hizo porque Pepito continuó: “Tampoco tienen guantes ni bate para jugar beisbol”. FIN.

Mirador

Por Armando FUENTES AGUIRRE

San Virila salió de su convento esa mañana y tomó el camino al pueblo. Iba a pedir el pan para sus pobres.

Antes de llegar se topó con un hombre que le preguntó:

-¿Eres tú San Virila?

Respondió el frailecito:

-Virila nada más.

-Tienes fama de hacer milagros -le dijo el individuo-. Yo soy incrédulo. Haz un milagro aquí y ahora, y creeré.

San Virila le preguntó a su vez.

-¿Tienes hijos?

-Sí -respondió el hombre-. Cuatro, dos niñas y dos niños.

Le dijo San Virila:

-Tienes cuatro milagros en tu casa ¿y todavía necesitas otro para poder creer?

El hombre quedó pensativo, y ya no le pidió a San Virila un milagro más.

¡Hasta mañana!

MANGANITAS

Por AFA

“Escasez de gasolina”

Lo digo sin mala uva,

pero en manera creíble:

Sucede que el combustible

lo estamos enviando a Cuba.