Luces y sombras del paquete económico 2026
Todo indica, que 2026 será un mejor año para la economía que 2025, Trump mediante.

Juegos de poder
El Ejecutivo mandó al Congreso su propuesta de paquete económico para el 2026. Una primera lectura de este documento arroja luces y sombras.
Comienzo con las primeras.
El Gobierno de AMLO le heredó unas finanzas públicas muy complicadas al de Sheinbaum. En palabras simples, se voló la barda el último año del sexenio. Con el fin de ganar las elecciones de 2024, el Gobierno federal gastó de manera desmedida lo que generó el mayor déficit presupuestario de los últimos 35 años.
Estamos hablando de un monto equivalente al 5.7% del Producto Interno Bruto (PIB) en la medición más exacta de esta variable que son los Requerimientos Financieros del Sector Público (RFSP).
Esto hizo que, entre 2023 y 2024, la deuda pública creciera del 46.8% al 51.3% como proporción del PIB en la medición de Saldos Históricos de Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP).
Contra lo que prometió López Obrador de no contratar deuda durante su sexenio, la realidad es que incrementó los Shrfsp en un monto equivalente a 7.7% del PIB entre 2018 y 2024.
Una barbaridad de dinero que se utilizó para gasto corriente y construir elefantes blancos como el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas.
Este año, el primero de Sheinbaum, el Gobierno se comprometió a bajar el déficit público en RFSP al 3.9% del PIB. Esto implicaba un ajuste importante del gasto que, a la postre, sería procíclico, es decir, favorecería el enfrenón de la economía. Entre la incertidumbre por los aranceles de Trump y la disminución del gasto público, a principios del año se hablaba de una posible recesión de la economía nacional.
No ocurrió porque el Gobierno, por fortuna, decidió soltar un poco el déficit. En lugar del 3.9% aprobado por el Congreso, se estima que quedará en 4.3% como proporción del PIB en 2025.
Esto quiere decir que hubo un mayor gasto gubernamental. Eso, más las negociaciones con Trump que han favorecido a México en la tasa arancelaria efectiva en comparación con el resto del mundo, evitaron que el País cayera en recesión.
Hacienda estima que este año la economía crecerá en un 1.4%, aunque los expertos económicos encuestados por el Banco de México ven un crecimiento más raquítico de 0.4%.
En el paquete económico, Hacienda se compromete a un déficit en RFSP de 4.1% del PIB en 2026, de 3.5% en 2027 y de 3% anual de lo que resta del sexenio hasta el 2030. Ergo, el ajuste fiscal se hará más gradual de lo que originalmente había previsto el Gobierno.
Es una buena noticia ya que el gasto público en 2026 será contra cíclico: Ayudará a fomentar un mayor crecimiento económico. Hacienda calcula que el PIB en 2026 crecerá entre 1.8 y 2.8%. La encuesta de expertos de Banxico pronostica 1.4% para el mismo periodo.
Todo indica, entonces, que 2026 será un mejor año para la economía que 2025, Trump mediante.
Hay otra cosa que me gusta del paquete: El Gobierno tiene la intención de congelar la deuda pública de 2026 a 2030 en 52.3% del PIB. El mensaje es de responsabilidad fiscal.
Yo no tendría problema que el Gobierno se endeudara más, quizá llegar al 60% del PIB, si ese dinero se utilizara para inversión pública en obras que mejoraran la productividad del País. A México le urgen obras hidráulicas, eléctricas, aeroportuarias, portuarias y carreteras. Infraestructura que soporte la inversión privada de fábricas, tiendas, almacenes, etcétera.
Pero la 4T se ha caracterizado por endeudarse para gasto corriente y construir obras que no mejoran la productividad.
Esta administración, al igual que la pasada, piensa dedicarle una buena parte de la inversión pública a la edificación de trenes de pasajeros que no contribuyen en nada a la productividad del País.
Si van a seguir por la senda de deuda para gasto corriente o la construcción de elefantes blancos como el Tren Maya o Dos Bocas, mejor la ortodoxia de no endeudarse.
Lo cual me lleva a otra sombra del paquete presentado.
Hacienda proyecta un crecimiento del PIB de entre 1.5 y 2.5% cada año entre 2027 y 2031. Sería un promedio de 2% anual. Durante el “maldito” periodo neoliberal, la economía mexicana creció un promedio anual de 2.3%. La 4T, con toda razón, criticaba este crecimiento del PIB por mediocre.
Ahora resulta que sí les gusta esta meta de 2%. No parece importarles que haya un crecimiento más robusto de la economía.
Lo de la 4T es tener dinero para gastarlo en programas sociales que electoralmente les procure votos. Para tal efecto, pretenden gastar en 2026 un 18% más que en 2025 en este rubro. Estamos hablando de 987 mil millones de pesos el año que viene. No hay que ser genio para adivinar que estas partidas se incrementarán aún más en 2027 que será año electoral.
Leo Zuckermann
X: @leozuckermann