El “Mayo” como espectáculo negociable
Lo sucedido ayer en Nueva York fortaleció las esperanzas de intervencionismo que apasionadamente cultivan los opositores al proceso 4T.

Astillero
El sistema político mexicano ha sido escandalosamente colocado en el banquillo de los acusados en las cortes mediáticas, judiciales y políticas de Estados Unidos, bajo una acusación sustentada en pretensiones unilaterales: El narcotráfico como gestión punible sólo en la mitad externa (México y otros países), sin asumir la otra mitad, la gringa, su corresponsabilidad interna.
El “Mayo” Zambada como colaborador negociado por autoridades del trumpismo que se solazan en la suposición de que encarcelando de por vida a un jefe mafioso se termina el negocio multifactorial de los cárteles, que sobrevivirán mientras en Estados Unidos haya un ansioso mercado de consumidores.
Pero Trump, con la falsamente exultante fiscala Bondi y el resto del gabinete halcón, lo que busca es presionar aún más a México, a su gobernante Sheinbaum y al proceso de cambio denominado Cuarta Transformación. Todo es negociable, en la visión depredadora del multimillonario zanahoria: Zambada como moneda de cambio.
Nunca antes una voz tan fuertemente “autorizada” había dicho tanto contra el sistema político mexicano en tan pocas palabras: El “Mayo” ha colocado su hoja de servicios criminales ante un juez del país vecino y ha confesado su estela corruptora, que durante décadas (medio siglo) habría alcanzado a políticos, mandos militares y policías. Todo ello, en un periodo que habría abarcado administraciones municipales, estatales y federales correspondientes a todos los partidos políticos, los ya desaparecidos, los vigentes (como PAN y PRI) y el actualmente dominante, Morena, pues, según el codirector fundador del Cártel de Sinaloa, su ejercicio corruptor se mantuvo hasta el primer mes de 2024.
El posicionamiento judicial podría parecer claro: El abanico de posibilidades está abierto. Pero la fiscalía blande un acuerdo con el grandísimo narcotraficante que podrá ser modulado a gusto del cliente, es decir, de la Casa Blanca cuyos tentáculos podrán apretar o soltar, endurecer o suavizar, filtrar o reservar, dar nombres o mantenerse en la discreción: “justicia” a conveniencia.
Llaman la atención las ausencias: Los malos son los políticos y sus agentes armados, pero no se habla de los empresarios, los jueces, los grandes medios convencionales de comunicación ni, desde luego, de los políticos, mandos militares y policías del propio Estados Unidos. El evidente vals de la corrupción no se baila entre dos, según los gringos.
Lo sucedido ayer en Nueva York fortaleció las esperanzas de intervencionismo que apasionadamente cultivan los opositores al proceso 4T. Sueñan con fervor en operaciones judiciales e incluso incursiones físicas de Estados Unidos para hacerse de políticos guinda, en especial del ex presidente López Obrador. Barajan nombres, elaboran listas, lanzan vaticinios delirantes y luego, ante noticias que no embonan con sus apuestas, reacomodan, relanzan, prometen.
La propia fiscala Bondi agradeció al Gobierno de la presidenta Sheinbaum la “colaboración” para que capos notables hayan llegado a manos estadounidenses. Ha de suponerse que se refiere a los que, contra la letra y el espíritu de la Constitución mexicana, fueron “entregados” a las agencias gringas, pero el fraseo de Pamela, “Pam”, podría también sugerir un ánimo colaborativo en el caso de la “extracción” de Zambada, que hasta ahora ninguno de los dos gobiernos involucrados se ha esforzado en aclarar: México hace como que exige respuestas; Estados Unidos hace como que no sabe de qué se habla.
La primera lectura de las andanzas del “Mayo” en cortes extranjeras puede sugerir que vienen revelaciones que involucren a políticos relevantes de la 4T (foxismo, calderonismo y peñismo ya no causan interés en la Bolsa de Valores Chantajistas). También es probable que todo quede en un revuelo circunscrito a capos prescindibles, pero lo realmente preocupante sería que en negociaciones discretas o secretas se llegue a hacer cesiones con cargo al interés nacional mexicano. ¡Hasta mañana!