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“Retorcidos” comentarios de Sheinbaum

La 4T da con una mano y quita con las dos. Espero que esta frase no haga que alguien se retuerza.

. Catón

De política y cosas peores

El duque Sopanela fue retado a duelo por el conde Naddo. Le preguntó este: “¿Qué prefiere usted? ¿Espada o pistola a 10 metros?”. Con tremulosa voz respondió el duque: “Prefiero espada a 10 metros”. El desafío fue por causa de los amores de la baronesa Ladda, y es fama que cuando el duelo estaba a punto de empezar la mujer llegó apresuradamente en su carruaje y les gritó a los duelistas: “¡No sean pend…! ¡Hay pa’ los dos!”). Capronio, individuo ruin y desconsiderado, salió del aeropuerto. Llevaba una gran sonrisa en los labios, que es donde por regla general se llevan las sonrisas. Se lo topó un amigo y le preguntó por qué se veía tan feliz. “Vengo de un viaje de placer” -respondió Capronio. Quiso saber el otro: “¿A dónde fuiste?”. Contestó el incivil sujeto: “A ningún lado. Vine a dejar a mi suegra, que se regresa a su casa”. El marido advirtió que todos los días su esposa llevaba al trabajo un retrato de él. Se sintió halagado, pero esa satisfacción se disipó al oír a la señora explicar por qué hacía eso: “Cuando tengo un problema en la oficina veo tu retrato y pienso: ‘¿Qué problema puede ser mayor que éste?’. Y entonces la dificultad, por grande que sea, me parece poca”. Una de mis lecturas de adolescencia -las revistas “Vea”, “Pigalle” y “Vodevil” no se leían: Se veían- fue el libro “La confusión de los sentimientos”, de Stefan Zweig, desdichado autor de éxito. El título de esa obra podría aplicarse a lo que sentí cuando escuché a la Presidenta -más o menos- Sheinbaum decir aquello de “Para que se retuerzan” cuando presentó el Chocolate del Bienestar, una más de las empresas que el Estado ha creado sin ver el estado en que se encuentran sus empresas. Lejos de mí la temeraria idea de opinar que la expresión no es propia de una dama a quien se supone culta y educada, pero sí escribiré que al oír esas palabras sentí al mismo tiempo tristeza e indignación. Tristeza, porque advierto con pesar que la doctora usó en esa ocasión el mismo lenguaje agresivo y polarizador de AMLO, a quien sigue no sólo en los desastrosos hechos, sino también ahora en las ofensivas frases. Indignación, porque pienso que al decir tales palabras Sheinbaum hizo mella a su investidura de Presidenta de todos los mexicanos, independientemente de su condición social e ideas políticas. Yo no me retorcí -a mi edad retorcerse cuesta bastante trabajo-, y creo que nadie se retorció tampoco. A quienes somos críticos del sistema que está llevando a México a la ruina nos molestó, sí, a más de la descomedida expresión de la señora, el hecho de que se sigan creando esos entes llamados “para el Bienestar” mientras la población, especialmente la de ingresos bajos, sigue sufriendo los efectos de la falta de medicamentos, de los deficientes servicios en renglones tan importantes como la educación y la salud, y de la creciente carestía en artículos de primera necesidad. La 4T da con una mano y quita con las dos. Espero que esta frase no haga que alguien se retuerza. Sor Bette estaba resolviendo un crucigrama. “Ayúdeme, madre - le pidió a sor Dina-. ‘Parte del cuerpo humano que se encuentra atrás’, en cuatro letras, la primera ce y la última o”. “Codo” -respondió sin vacilar la reverenda. Le preguntó sor Bette: “¿Tiene un borrador?”. Noche de bodas. La recién casada se tendió sin ropas en el lecho en posición muy parecida a la de la Maja Desnuda del famoso cuadro de Goya. Tenía en las bubis un letrero: “Mil pesos”, en las pompas otro: “Mil 500 pesos”, y en la entrepierna uno más: “3 mil pesos”. Vio eso el novio y dijo con acento pesaroso: “Ahora ya no tengo duda, Avidia. Te casaste conmigo por dinero”. FIN.

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