La culpa es de la familia de AMLO
Los políticos tienden a quejarse de los medios cuando se sienten frustrados por alguna razón.

No estoy de acuerdo con la Presidenta cuando se queja de que los medios no le han dado la cobertura que merece a la noticia de la reducción de la pobreza durante el sexenio de López Obrador. Los noticieros y programas de opinión sí le han dedicado espacios importantes a tan importante nota.
Los políticos tienden a quejarse de los medios cuando se sienten frustrados por alguna razón. Creo que, en este caso, el enojo tiene más que ver con otras noticias que opacan la reducción de la pobreza. En particular las relacionadas con la familia de AMLO.
Comienzo con su hijo, Andrés Manuel López Beltrán.
Hace unas semanas nos enteramos de sus vacaciones en Japón donde se hospedó en uno de los mejores hoteles de Tokio. Esta semana apareció la cuenta que pagó en dicho establecimiento: 177 mil pesos incluyendo una cena por 47 mil pesos. Se trata de un gasto desorbitante para alguien que gana 80 mil pesos mensuales como secretario de Organización de Morena.
¿Con qué dinero paga el hijo de AMLO estos lujos?
Me parece una duda legítima y razonable.
Luego está el otro hijo, el mayor, José Ramón, captado el fin de semana en la Rivera Maya con unas chanclas Gucci que cuestan casi 17 mil pesos. Estamos hablando del mismo vástago que ya había causado una controversia al haber vivido en una casa en Houston propiedad de un proveedor de Pemex cuando su padre era Presidente.
Yo no tengo ningún problema que use las chanclas que se le antojen. El problema es que los morenistas creen que los políticos y sus familias deben vivir en la medianía juarista o incluso en la pobreza franciscana. Ver al hijo del ex presidente en un elegante calzado resulta incongruente ideológicamente.
Allá ellos y sus hipocresías. Lo que en todo caso importa es de dónde sale el dinero para comprar dichos lujos. Esa es la pregunta que nos hacemos cuando se trata del hijo de un ex mandatario. Agréguese el caso de la esposa. Hace meses se filtró la información de que Beatriz Gutiérrez Müller estaba tramitando la nacionalidad española. El asunto causó controversia porque ella había influido en la solicitud que hizo el entonces Presidente a la Corona de España de ofrecer disculpas por la conquista de México. De aceptarse su trámite, Gutiérrez tendría que jurarle lealtad al actual rey, Felipe VI, jefe del Estado español, país que se negó a pedir perdón, todo lo cual causó un conflicto diplomático entre las dos naciones.
El fin de semana, el periódico español ABC reveló que Gutiérrez y su hijo que tuvo con AMLO, Jesús Ernesto, vivirían en Madrid en uno de los vecindarios más exclusivos de la ciudad.
Esto causó revuelo. Otra vez surgió el tema del dinero: ¿De dónde sacarían los muchos euros que se requieren para residir en Madrid y de esta forma?
La esposa de AMLO negó que ella y/o su hijo estuviesen viviendo en la capital española y calificó el artículo de ABC como parte de una conjura de la derecha en contra de su marido. Por su parte, el periódico respondió: “Nuestra información hablaba de un traslado próximo, no efectivo; en ningún caso decíamos que ya estaba aquí”. Por lo tanto, mantuvieron su información como verdadera.
La Presidenta tuvo que salir al quite asegurando que Gutiérrez vivía en México. Ayer, la escritora Sabina Berman, en El Universal, reveló que se encontró el domingo a la esposa e hijo menor de AMLO en el aeropuerto de Minatitlán. Ambos negaron que se irían a Madrid: “No se van a España, ni tienen planeado irse a España; viven y vivirán, hasta donde me dijeron, en México”.
En lo personal, me importa un bledo si Gutiérrez se quiere hacer española. Sí, sería un acto de hipocresía, pero los políticos y sus familias viven permanentemente en esa condición. Allá ella si quiere hacer esto.
Tampoco me parece relevante donde viva, en España o México, siempre y cuando el dinero que utilice para tal propósito sea legítimo.
Lo cual nos lleva a la pregunta: ¿De qué vive la familia presidencial?
Ella dice que es profesora universitaria. Algún emolumento obtendrá por esta labor. Una buena plaza en una universidad pública podría dejarle unos 50 mil pesos al mes, con lo que se puede vivir como clase media en este País.
Y luego está lo que gana su marido. Recordemos que el propio AMLO canceló las pensiones a los exnpresidentes Según reveló él, recibiría una pensión del Issster de unos 25 a 30 mil pesos al mes. Algo más obtendrá por las regalías de los libros que escribió.
¿Les alcanza eso para vivir, él en Palenque, ella en la Ciudad de México?
Me parecen dudas razonables y legítimas.
Por lo pronto, el ruido mediático de la familia del ex presidente está eclipsando noticias tan importantes como la de la reducción de la pobreza. Es injusto que la Presidenta les eche la culpa a los medios por eso. La culpa la tienen otros.