Sistema Nacional de Inteligencia (SNI)
El SNI, dice quien fuera subsecretario de la Sedena, debe proponerse formar “una verdadera Policía científica que coadyuve con la ministerial en la persecución del delito”.

El general de división Carlos Demetrio Gaytán (Ciudad de México, 1949), en esta la conversación trece, habla de la necesidad urgente de crear un verdadero Sistema Nacional de Inteligencia (SIN) con el asesoramiento de las fuerzas armadas del País, pero también de países como Israel, Francia e Inglaterra.
En base a la estructura del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), una vez reorientadas sus funciones, “debe sumarse toda la información policial existente, verificada y comprobada, al SNI, para que sea útil a la estructura nacional de seguridad pública, y no sólo al grupo político que detenta el poder en su momento”.
Para eso se necesita recuperar y actualizar la Plataforma México, que dependía de la Secretaría de Seguridad Pública, que fue desmantelada, de manera inexplicable, en el sexenio anterior.
El SNI, dice quien fuera subsecretario de la Sedena, debe proponerse formar “una verdadera Policía científica que coadyuve con la ministerial en la persecución del delito”.
En su visión, “desde hace décadas, la estrategia de combate al crimen en México ha sido el despliegue masivo de tropas, el patrullaje con Bases de Operaciones Mixtas y el establecimiento de Puestos de Control en vías de comunicación”.
Y señala que “estas acciones han sido impugnadas y hasta confrontadas por la ciudadanía y organizaciones no gubernamentales, por estar, de hecho, al margen de la ley y por restringir algunas de las libertades consignadas en la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos, como la libertad de tránsito y la presunción de inocencia”.
Lo anterior, “independientemente de la poca efectividad y nula eficiencia en la tarea asignada. Este procedimiento se asemeja al concepto de salir a pescar. Ya que no se realiza el despliegue para explotar información, sino para ver qué resultados pueden obtenerse mediante una revisión aleatoria”.
Y agrega que “los datos hablan por sí mismos. Se dan aseguramientos importantes como hallazgo, de manera eventual, pero su mayor logro consiste en alcanzar un efecto disuasivo, aunque efímero, es decir, en tanto que la fuerza permanezca en la ubicación seleccionada. Cuando se retiran, todo regresa a la normalidad. Además, esto es siempre y cuando la población no decida agredir a las tropas y obligarlos a retirarse del lugar, como lo hemos constatado repetidamente”.
Para el doctor en Alta Dirección, “los seguimientos físicos son el más arcaico modo de vigilancia y obtención de información. La inteligencia hoy se realiza con tecnología; compartiendo bases de datos y actualizándolas de manera permanentemente”. Insiste en que se debe privilegiar la inteligencia ante que la fuerza, pero debe ser real y no sólo un discurso políticamente correcto.
También se requiere operar la contrainteligencia, “para realmente comenzar a ganar terreno en las tareas de seguridad, es indispensable hacer impredecible el despliegue, los efectivos, así como los recursos empleados por las fuerzas de seguridad. Es decir, negar información al adversario. Eso es parte de la contrainteligencia, tarea que va de la mano con la inteligencia”.
Y finaliza esta conversación señalando que “igualmente, es necesario conocer las condiciones en que operan los integrantes del crimen, es decir, quiénes son; qué líneas delictivas siguen; dónde operan; cuál es su modus operandi en cada giro; cómo operan logísticamente; quiénes coadyuvan con ellos cualquiera que sea el motivo”.
Rubén Aguilar Valenzuela
@RubenAguilar