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El reto de seguir combatiendo la pobreza

...los que no comulgamos ideológicamente con la 4T debemos reconocer lo logrado con el fin de aprender que sí se puede combatir la pobreza con ciertas políticas públicas.

Leo Zuckermann

Juegos de poder

No se puede ni debe menospreciar el logro del Gobierno de López Obrador al haber reducido la pobreza en México.

Es una buena noticia para el País que la llamada “Cuarta Transformación” va a presumir hasta el cansancio. Los resultados obtenidos legitiman su discurso progresista de lucha a favor de la justicia social.

Pero, además, los que no comulgamos ideológicamente con la 4T debemos reconocer lo logrado con el fin de aprender que sí se puede combatir la pobreza con ciertas políticas públicas. La pregunta hacia adelante es si es posible sostenerlas con el fin de seguir abatiendo la pobreza.

El estudio sobre la situación de la pobreza en 2024, publicado por el Inegi la semana pasada, contiene muchos elementos interesantes sobre este fenómeno. Yo destacaría tres que me parecen fundamentales.

Primero, en 2018, cuando López Obrador tomó posesión como Presidente, había 61.8 millones de mexicanos pobres por ingreso, es decir, el dinero que les entraba mensualmente no les alcanzaba para adquirir los bienes y servicios que satisfacen las necesidades básicas de un hogar (alimentación, vivienda, educación y salud). Representaban el 49.9% de la población nacional.

Al terminar el sexenio de AMLO, este número de pobres por ingresos había caído a 46 millones de mexicanos, el 35.4% de la población. Es decir, 15.8 millones de personas dejaron la situación de pobreza por ingresos.

Es un gran dato.

Tomando en cuenta que la economía del País cayó en 1% en términos de Producto Interno Bruto per cápita durante el sexenio anterior, podemos afirmar que la economía mexicana se estancó durante ese periodo, no creció en ingreso per cápita, pero sí crecieron los ingresos de la población más pobre del País. En medio del estancamiento, el ingreso se redistribuyó.

Del estudio del Inegi sobre la pobreza y la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (Enigh) 2024, presentada hace unas semanas por la misma institución, se desprende que alrededor del 70% del aumento que tuvieron las personas con menores ingresos se explica por el incremento que tuvo el salario mínimo durante el sexenio de AMLO.

En este sentido, fue una política pública exitosa que en gran parte explica por qué se pudo redistribuir el ingreso.

Y aquí viene el primer reto hacia adelante.

El salario mínimo estaba tan deprimido en México, que pocos trabajadores ganaban eso. El Gobierno pudo decretar su aumento sin causar inflación. Sin embargo, seguir aumentando este indicador será cada vez más difícil sin que exista un incremento de precios. Ahora ya hay muchos más trabajadores que ganan eso.

Digamos que López Obrador tuvo un margen muy cómodo para subir el salario mínimo, margen que se ha estrechado para Sheinbaum. Sobre todo, si la economía sigue sin crecer y, por tanto, sin generar más empleos. Los ingresos de los trabajadores podrían aumentar más en la medida en que haya una mayor demanda laboral. Si, en cambio, ésta se encuentra estancada o incluso a la baja, será más difícil que les pueda llegar más ingreso al factor laboral de la producción.

Segundo dato que vale la pena mencionar del estudio de pobreza del Inegi. En México, la pobreza no sólo se mide por ingresos sino por seis carencias que puede tener la población. A saber: 1.- rezago educativo, 2.- acceso a los servicios de salud, 3.- acceso a la seguridad social, 4.- calidad y espacios de la vivienda, 5.- servicios básicos en la vivienda y 6.- acceso a la alimentación nutritiva y de calidad.

En esta medición multidimensional de la pobreza, tomando en cuenta ingresos y los seis factores, en 2018 había 51.9 millones de mexicanos en esta situación. Para 2024, el número había bajado a 38.5 millones. Estamos hablando de que 13.4 millones de compatriotas dejaron de ser pobres bajo estos parámetros que son, en mi opinión, más exactos.

De acuerdo con el Inegi, en cinco de las seis carencias mejoraron los indicadores. Más mexicanos tuvieron acceso a servicios educativos, seguridad social, vivienda, servicios básicos y alimentación. Enhorabuena, aunque tengo severas dudas en el tema de la educación. A lo mejor hubo un mayor acceso, mas no necesariamente una mejoría en la calidad de la enseñanza según demuestran otras estadísticas.

Hay un tercer dato que quisiera destacar. De las seis carencias, sólo una empeoró durante el sexenio pasado: El acceso a los servicios de salud. Es, me parece, el prietito en el arroz del reporte del Inegi, del cual hablaré mañana en este espacio por el desafío que implica para el Gobierno actual.

Leo Zuckermann

X: @leozuckermann

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