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Zona Sísmica

Deuda y sequía

Zona  Sísmica

A México le quedan menos de 80 días para cumplir con la entrega de agua a Estados Unidos establecida en el Tratado de 1944, y aún debe aportar el 58% de la cuota quinquenal: más de mil 259 millones de metros cúbicos. La cuenta regresiva se desarrolla en un escenario adverso: sequía persistente en el norte del país y una creciente presión política desde Washington.

Aunque en julio México realizó un abono significativo (97.1 millones de metros cúbicos, el segundo más alto del ciclo 2020-2025), el avance sigue siendo insuficiente. Al 8 de agosto, el acumulado era de 899.4 millones de metros cúbicos, lejos de los más de 2 mil 158 que establece el acuerdo. La situación es crítica, no solo por la magnitud del déficit, sino porque la reducción de la sequía, del 75% de la superficie afectada en abril al 26% en julio en la región del Río Bravo, podría generar la falsa impresión de que el riesgo está bajo control.

El problema no es nuevo. Desde finales de 2024 se advertía que México tendría dificultades para cumplir. En noviembre, el entonces presidente Joe Biden ofreció extender plazos y aportar herramientas para enfrentar el adeudo. Sin embargo, el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca cerró esa posibilidad y encendió las amenazas: aranceles y sanciones si no se entrega el agua a Texas.

La presión es doble: diplomática y climática. Cumplir con el tratado es una obligación internacional, pero hacerlo en medio de una sequía significa administrar con precisión quirúrgica un recurso vital que también necesitan comunidades y productores nacionales. El Acta 331 de la Comisión Internacional de Límites y Aguas, firmada por Biden y Claudia Sheinbaum, apunta a proyectos de conservación y nuevas fuentes de abastecimiento.

Pero sin acciones inmediatas y sostenidas, el documento será insuficiente para revertir una crisis. México está ante un dilema: encontrar el equilibrio entre cumplir sus compromisos y proteger su propio abasto. No lograrlo a tiempo tendría un costo elevado, no solo en agua, sino en la relación bilateral y en la credibilidad del país para gestionar sus recursos más valiosos

RETO EN SALUD PÚBLICA

El Gobierno federal tiene proyectado iniciar el próximo año la formación del Sistema Nacional de Salud; la idea es que un derechohabiente del IMSS pueda acceder a servicios del IMSS Bienestar o el Issste, y viceversa.

Cabe destacar que las dos últimas administraciones hicieron el esfuerzo por sacar adelante este plan, pero no se ha logrado. La presidenta Claudia Sheinbaum, durante una gira en Zacatecas realizada el pasado 26 de julio, explicó que se buscaba la integración de los subsistemas de Salud.

“Queremos que el año que entra vayamos poco a poco integrando los tres sistemas de salud. El objetivo en el sexenio es que, aunque Claudia Sheinbaum sea afiliada al Issste, si estoy en un lugar donde está más cerca al Instituto Mexicano del Seguro Social, me pueda atender en el Instituto Mexicano del Seguro Social; o si soy del IMSS Bienestar, me pueda atender en el Issste u en el IMSS”, así lo detallaba.

La titular del Ejecutivo refiere que el acceso a la salud no es una mercancía para quien pueda pagar por su atención a la salud y que no es un privilegio para unos cuantos. Lo interesante será la colaboración de los secretarios de salud estatales en las diferentes acciones que se tienen que realizar.