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Humor dominical

Chang y Eng eran hermanos siameses. Una mañana Chang le preguntó a Eng en tono de reclamación: “¿Qué hiciste anoche, carnal? Me siento muy cansado”

. Catón

De política y cosas peores

La nueva mesera se veía muy apurada. El dueño del restaurante le preguntó: “¿Qué te sucede?”. Respondió la camarera: “Un cliente ordenó algo muy difícil. Me pidió que le llevara una trucha adornada con un limón entre los dientes y un rábano en la cola”. Se extrañó el dueño: “¿Y qué tiene eso de difícil?”. Contestó la meserita: “El limón lo puedo sostener, pero al caminar se me cae el rábano”...

Don Algón le preguntó a la curvilínea chica que aspiraba al puesto de su secretaria: “¿Qué sabe usted hacer, señorita Susiflor?”. Respondió ella con una sonrisa sugestiva: “¿En la oficina o fuera de ella?”...

Comentó una señora: “Mi marido es tan tragón que cuando nos invitan a un banquete de bodas come hasta que le duelen los tobillos”. “¿Los tobillos?” -se extrañó alguien. “Sí -confirmó la señora-. Es que empiezo a darle patadas por abajo de la mesa para que se contenga”...

Proclamó un individuo, jactancioso: “Soy de un pueblo donde los hombres son hombres y las mujeres son mujeres”. Una chica se interesó: “¿Y en cuál lado lograste acomodarte?”...

Se casó Avaricio, hombre cicatero. Al mes de casados las amigas de la flamante desposada le preguntaron: “¿Cómo te va con tu marido?”. Respondió ella: “Comimos pollo tres veces la semana pasada, y hemos comido pollo dos veces esta semana”. Comentó una: “Entonces tu esposo no es tan avaro como dicen”. Precisó la mujer: “Es el mismo pollo”...

Una joven señora le comentó a su amiga: “Me voy a casar, y no quiero tener familia pronto”. Le recomendó la amiga: “Lo mejor para no embarazarte es untarte el cuerpo con aceite de oliva antes de hacer el amor”. “¿Funciona eso?” -se sorprendió la otra. “Sí -aseguró la amiga-. Se resbalan”...

Los compañeros de trabajo de don Acisclo le preguntaron: “¿Qué tal cocina tu mujer?”. “Les diré -respondió él-. Hace un platillo al horno. Ese platillo va envuelto en papel aluminio. Cuando termina de hacerlo quita el papel aluminio y lo echa al bote de la basura. Pues bien: En ese momento está tirando lo mejor del platillo”...

Al comenzar la noche de bodas la novia le habló, solemne, a su flamante maridito, joven varón de pocas luces: “Vehementino: Voy a hacerte dación de la más íntima gala de mi femineidad”. “Gracias -respondió él, confundido-. Pero, la verdad, yo esperaba otra cosa”...

Llegó el encargado del censo a una granja y no encontró sino a un pequeño niño. Le preguntó: “¿Cuántas personas viven aquí?”. “Cuatro -respondió el muchachillo-. Mi papá, mi mamá, mi hermana y yo”. “¿Dónde está tu papá?” -inquirió el empleado. Contestó el niño: “Debe haber ido a pescar. No veo sus botas de agua, y no anda regando”. “Y tu mamá ¿dónde está?”-quiso saber el del censo. “Seguramente fue al pueblo -replicó el pequeñín-. No está la camioneta, y no les anda llevando forraje a las vacas”. Preguntó el visitante: “¿Y tu hermana?”. Respondió el chiquillo: “Ha de estar en el granero con su novio. Solamente hay dos cosas en el mundo que le gusta hacer, y la tele está apagada”...

Chang y Eng eran hermanos siameses. Una mañana Chang le preguntó a Eng en tono de reclamación: “¿Qué hiciste anoche, carnal? Me siento muy cansado”...

Dulcilí, bella y romántica muchacha, le dijo en amoroso arrebato a su galán: “¡Quisiera ser una luz en tu vida, Volupticio!”. Sugirió él: “Entonces vamos a lo oscurito”...

Lord Highrump andaba algo achispado por las frecuentes visitas a la botella de whisky. Le presentaron a una muchacha cuyo escote dejaba ver la rotundidad de sus muníficos encantos pectorales. “Beso a usted las manos, hermosa señorita” -le dijo con tartajosa voz milord. Y añadió en seguida: “Claro, como segunda opción”...

FIN.

Licenciado en Derecho y en Lengua y Literatura españolas/cronista de Saltillo

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