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Cuando idea mata evidencia

Sólo durante el primer año de vacunación contra la Covid-19 -año 2021- se evitaron 20 millones de muertes.

Jesús Canale

De entrada enterémonos que sólo entre los años 2000 a 2024 las vacunas evitaron la muerte de 154 millones de personas en el mundo. Anteriormente, en los primeros 80 años del siglo XX, la vacuna de la viruela sola salvó alrededor de 400 millones de vidas y a partir de 1980 acabó totalmente con esa enfermedad; la erradicó por completo. Más acá y sólo durante el primer año de vacunación contra la Covid-19 -año 2021- se evitaron 20 millones de muertes, y hoy que el sarampión nos visita de nuevo vale enterarse que su correspondiente vacuna salvó más de 20 millones de vidas entre el año 2000 y el 2021.

De entrada también consideremos que las ideologías suelen ser tan perniciosas y tercas que, en algo con tanto soporte de evidencia como es el resultado de las vacunaciones, muchas personas por todo el mundo desestiman la enorme contribución que éstas han arrojado por doquier y, no sólo esto, sino que atrapados en una serie de ideas y sospechas que a lo más descansan sobre anécdotas aisladas o infundados temores conspiracionistas, luchan hoy frontalmente para lograr desprestigiar las vacunas y de serles posible borrarlas del mapa.

No se trata ya de ejercer cada quien la libertad de elegir vacunarse o no, punto que personalmente y en verdad respeto seriamente, sino que por lo visto se pretende oficialmente restringirlas incluso en individuos que se encuentran en grupos más vulnerables de sufrir con mayor severidad ciertas enfermedades.

Bueno, pues a todo esto resulta que el secretario de Salud de los Estados Unidos, Robert F. Kennedy, Jr. (RFK) y el Departamento (federal) de Salud y Servicios Humanos fueron demandados legalmente el lunes de esta semana por seis organizaciones médicas de máximo nivel unidas alrededor de una mujer embarazada (Jane Doe, médica por cierto) motivada por la posibilidad de que sabiéndose en mayor riesgo de sufrir de manera más grave la Covid-19 la respectiva vacuna quedase prohibida para mujeres en gestación y para niños sanos toda vez que el citado funcionario federal y la dependencia que él dirige han establecido una restricción de esa vacuna para tales usuarios ciertamente sin el sustento de un motivo suficiente y contraviniendo las indicaciones y evidencias de la protección derivada de dicha vacuna, más aún en personas vulnerables. Ya desde mayo pasado RFK había publicado un mensaje en video en la red social “X” en el sentido de que los Centros para el Control de Enfermedades y Prevención (los CDC por sus siglas en inglés) dejarían de recomendar la vacuna contra la Covid-19 para niños sanos y mujeres embarazadas, de allí la incertidumbre y temores de la doctora Doe y cualquier otra mujer embarazada pues en ellas la Covid-19 es más severa, las expone a aborto espontáneo y a muerte fetal.

El ya demandado secretario ha anunciado las intenciones de exigir que las vacunas nuevas sean llevadas a estudios comparativos contra placebos (sustancias sin actividad preventiva o curativa alguna) así como también generar nuevas vacunas que no utilicen tecnología con ARN mensajero, palabras que, lógicamente han hecho dudar a la población acerca de qué disponibilidad de vacunas habrá para los refuerzos próximos. La intención de los demandantes es suspender las disposiciones del Gobierno federal estadounidense en esta materia, regresar a las recomendaciones ya validadas previamente y apoyarse siempre en las evidencias de efectividad y eficacia bien demostradas en todo el mundo.

El director de la Asociación Americana de Salud Pública ha añadido a todo esto que el secretario Kennedy “no ha seguido el proceso normal” al emitir sus nuevas disposiciones en esta materia.

Está claro, además, que este asunto genera incertidumbre y confusión entre la población y, lógicamente, inconformidad en el ambiente sanitario toda vez que tales decisiones viniendo del más alto nivel no están apoyadas en ninguna evidencia sólida y, sobre todo, llevan implicaciones y consecuencias de alto riesgo para la población en general. Eso pasa cuando las ideologías se imponen desde los gobiernos por encima de las evidencias y de las realidades.

Médico cardiólogo por la UNAM.

Maestría en Bioética.

jesus.canale@gmail.com

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