Premio al Doctor Muerte
Es tanto el poder que tiene el gobierno morenista, y tanta su arrogancia, que se dan el lujo de premiar a uno de los peores funcionarios públicos de la historia del País.

Es tanto el poder que tiene el gobierno morenista, y tanta su arrogancia, que se dan el lujo de premiar a uno de los peores funcionarios públicos de la historia del País.
Me refiero al infame médico, Hugo López-Gatell, subsecretario de Saludo encargado de combatir la pandemia SARS-CoV-2, mejor conocida como Covid-19, quien también fungió como vocero gubernamental sobre este tema durante meses de gran dolor e incertidumbre.
La Presidenta lo ha designado como embajador de México ante la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Sin problema, lo puedo decir con gusto”, dijo Sheinbaum ayer cuando confirmó la noticia.
“Con gusto” está premiando a un embustero que más bien debía estar en la cárcel.
Pero no, la 4T retribuye la lealtad y sumisión al insigne fundador del Movimiento, al “mejor Presidente de la historia”, al líder que supuestamente está retirado en su rancho de Palenque, a Andrés Manuel López Obrador.
López-Gatell se va a Ginebra, Suiza, a representar a México con todos los gastos pagados por los contribuyentes.
No está nada mal para el Doctor Muerte, como se le llegó a conocer después de la pandemia.
El apodo no es gratuito. La actuación de este funcionario costó miles de vidas de mexicanos.
No lo digo yo. Ahí está el Informe de la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de Covid-19 en México también titulado como “Aprender para no repetir”.
El reporte lo elaboró una comisión integrada por 17 destacados expertos en diversas áreas coordinados por uno de los mexicanos que más conoce sobre salud pública en el mundo:
Jaime Sepúlveda. Estamos hablando de mentes brillantes que voluntariamente donaron su tiempo para analizar y explicar con detalle el manejo de la crisis de la pandemia de SARS-CoV-2 como “punto de partida para remediar y mejorar”.
Cito el Informe de marras: “Los indicadores sobre el impacto de la pandemia en México son devastadores y por eso inocultables: Más de 800 mil muertes en exceso (una de las tasas más altas del planeta); el país con mayor mortandad entre su personal de salud; la orfandad de más de 215 mil menores; la reducción neta de su matrícula escolar y el grave impacto económico”. ¿Quién fue el Zar Anti-Covid? Sí, el flamante embajador mexicano ante la OMS.
Otra cita más: “El factor crítico, el hecho que explica los resultados tan graves y trágicos, es la defectuosa gobernanza de la crisis, pues, como aquí se demuestra, casi cuatro de cada 10 muertes en exceso durante la pandemia sucedieron por fallas en la gestión gubernamental”.
Pudieron evitarse unas 320 mil muertes con una gestión gubernamental eficaz.
¿Quién fue el responsable de esta cifra atroz?
Sí, el Doctor Muerte, quien ahora es premiado por nuestra Presidenta.
¿Quién sufrió más por el pésimo manejo de la pandemia?
De nuevo el Informe: “Esta investigación revela que mientras mayor es el porcentaje de población de bajos ingresos que habita un municipio o una alcaldía, mayor es el porcentaje de muertes en exceso. Los más pobres murieron en una magnitud desproporcionada en esos años”.
Sí se creyó López-Gatell aquello de que por el bien de todos convenía que primero fueran los pobres.
Sabido es, porque trascendió en los medios, la mala relación que tuvieron el Doctor Muerte con la actual Presidenta cuando era jefa de Gobierno de la Ciudad de México.
Siendo ella científica, entendió perfectamente que López Obrador le estaba haciendo caso a un charlatán, un farsante que le vendía espejitos a un Presidente desesperado por solucionar un problema muy complejo.
Hoy, sin embargo, Sheinbaum lo distingue con una embajada. Nada menos que la organización internacional encargada de prevenir la propagación de enfermedades infecciosas y no transmisibles, proporcionando directrices y recomendaciones sobre cómo gestionar y controlar brotes, como fue el caso del Covid-19.
Qué vergüenza que este señor vaya a representarnos precisamente ahí donde fracasó miserablemente.
Dice el panel de expertos que colaboraron en el Informe que tres claves explican el fracaso de México en su respuesta a la pandemia: “La permanente subestimación de la gravedad del virus, la centralización y personalización de las decisiones, y la política de austeridad”.
En el centro de esta tragedia estuvo este personaje nefasto al que hoy premian. Sí, debía estar en la cárcel por su ignorancia, soberbia, negligencia e ineptitud que costaron miles de vidas humanas. Pero con la concentración del poder que ha logrado la 4T y la arrogancia que los caracteriza pueden darse el lujo de premiar a un criminal y hasta presumir que lo hacen “con gusto”.
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