Un tipo enigmático
...no juzgo al Donald Trump (DT) íntimo pero, como todos, tengo derecho a decir lo que pienso.

Jesús Canale
Por supuesto que no lo conozco (de cerca) ni pretendo ser su analista. Como el 99.99% de los ciudadanos del mundo lo que sé de él es lo que dice, lo que hace y lo que piensa, y esto si es que piensa como dice y hace. Decir “tipo” a veces va en sentido negativo, otras veces positivo. No sé, no juzgo al Donald Trump (DT) íntimo pero, como todos, tengo derecho a decir lo que pienso y sólo me referiré a lo que se puede inferir por sus actos, dichos, fracasos y logros como persona pública -y muy poderosa- en el mundo actual. La característica más ostensible de su trabajo actual no va por la línea de si lo hace bien o mal sino lo sorprendente es que lo hace muy rápido. En apenas unos meses nos ha distraído y ha logrado que casi todo el mundo se olvide de las acusaciones y juicios que hasta hace sólo unos meses tenían su futuro personal en jaque. En ese breve tiempo ha irritado o puesto a temblar a sus opositores políticos pero también a los de su propio grupo, ha logrado provocar furia en los académicos y científicos de su País y otros países, ha asustado al comercio internacional mundial y con esto a los comercios internos de muchos países. Botó de su lado y mandó a casa al ciudadano más rico del mundo. Pudo en unos cuantos días darle la vuelta a un conflicto que se veía imposible de detener pronto, la nueva crisis de Irán. Ha restringido a gritos y catorrazos y en poco tiempo la migración hacia su País. Despertó a la OTAN (y a Groenlandia). Ninguna de estas acciones fueron cosa menor. De su persona y personalidad pública me salta que quizás será político, pero nada diplomático ni académico ni culto, sin embargo habla claro, directo y sobretodo fuerte; imprudente, grosero, incomodante y enormemente oscilante a grado tal que cambia lo que dice o cómo lo dice de un momento a otro; nadie sabe a qué atenerse. No tiene lo que se puede decir un curriculum vitae distinguido o quizás ni siquiera presentable, pero creo que él considera que no lo necesita; quizás ni le importe. Es una persona que sabe caer, pero también sabe levantarse y hacerlo rápido. Su equipo cercano es un grupo compacto de yeguas y caballos briosos y muy relinchantes que probablemente, más que respetar al domador le tienen miedo: Sobre ellas y ellos pesa el reciente y muy cercano desplome de Elon. Como todo grupo cercano conocen bien y cantan la misma tonada, como fue con Hitler, Mao y Castro y un largo etcétera. Por lo visto su partido lo tiene muy sin cuidado seguro de que ellas y ellos saben muy bien su “código”. Frente a la oposición, por ahora tiene los vientos a su favor pues cuando él se mueve aquéllos se ponen a pensar cómo moverse pero cuando lo hacen ya fue tarde. Sus expresiones suelen ser de corte populista, ridiculizando burlonamente al enemigo, y se puede suponer que por allá en su high school fue el líder del grupillo buleador de la clase y no precisamente el representante del grupo por otros méritos. A muchos mandatarios les mueve la racionalidad y el cálculo, a él parece impulsarlo más el instinto o el olfato. Es lógico que DT se sienta seguro entre los de su grupo compacto pero inseguro o incómodo frente a otros políticos que guardan un compromiso con la legalidad, la Constitución, la formalidad y “cosas” así. Quizás en diversas luchas le mueve más la fuerza que la victoria misma; nomás acordarse de la toma del Capitolio. Hay destellos de sentido común en su criterio, allí están su reconocimiento, respeto y apoyo a la vida humana antes de nacer (debiera serlo igual después de nacer), también la claridad sobre las realidades de identidad sexual al reconocer que “el hombre es hombre y la mujer es mujer” y el matrimonio es para una con uno o no lo es. Es muy pronto para saberlo todo sobre DT, suele ser así con los tipos enigmáticos.
Médico cardiólogo por la UNAM.
Maestría en bioética.
jesus.canale@gmail.com
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