Las semejanzas entre Sheinbaum y Bukele
Sheinbaum y Bukele sostienen un ataque permanente a la prensa y a los periodistas que no se les someten y de maneras diversa.

Personas que saben que desde hace años estoy relacionado estrechamente con El Salvador y que mantengo contacto cercano con ese país, me preguntan si veo semejanzas entre la presidenta Claudia Sheinbaum y el presidente Nayib Bukele.
En principio hay que dejar muy claro que las diferencias entre México y El Salvador son abismales en todos los campos y para eso sólo mencionar la dimensión de la geografía, de la población, y también el tamaño de la economía y la infraestructura.
Esa realidad incuestionable tiene, con todo, semejanzas en el campo de la política. La Presidenta mexicana y el Presidente salvadoreño tienen altos niveles de aprobación entre sus compatriotas y gozan de una buena imagen. Bukele sigue siendo el mejor valorado del mundo.
Ambos, presiden gobiernos donde el Poder Ejecutivo controla y subordina al Poder Legislativo y al Poder Judicial, y encabezan gobiernos cada vez más autoritarios, que se pueden definir como dictaduras constitucionales.
Los dos mantienen una relación muy estrecha con las fuerzas armadas que en sus países han dejado de ser de Estado, para convertirse en de partido y sujetas al gobernante en turno. Los militares gozan del manejo de grandes presupuestos.
Se distinguen por operar estrategias de comunicación que marcan la agenda mediática a través de tácticas que les funcionan muy bien, para mantenerlos muy presentes en la opinión pública de todos los días y a todas las horas.
Sheinbaum y Bukele sostienen un ataque permanente a la prensa y a los periodistas que no se les someten y de maneras diversa, no sólo los desprestigian, sino los acosan y persiguen. Y esto en ambos casos es cada vez más frecuente.
La mexicana, que encabeza una supuesta República federal, que administra como central, en la censura y la persecución a la prensa cuenta con el apoyo de las y los gobernadores de su partido. Bukele, que encabeza una República central, no goza de ese apoyo.
El salvadoreño controla de manera total el partido Nuevas Ideas, que él fundó, y eso si hace diferencia con la mexicana, que fue la candidata de un partido, Morena, que controla su antecesor, que fue quien lo creó, y sigue siendo su líder moral y también real.
Algo radicalmente distinto es que Bukele redujo los homicidios dolosos, ahora son tres por 100 000 habitantes, y Sheinbaum no puede detenerlos, son 25 por 100 000 habitantes, aunque presenta cifras manipuladas para “reducirlos”. Lo mismo ocurre con las extorsiones, que en El Salvador se terminaron y en México crecen, según fuentes oficiales.
Distinto es también que Bukele gobierna bajo el régimen del Estado de excepción que en los seis años que lleva en el poder lo ha extendido en 36 ocasiones y eso le da la posibilidad de limitar los derechos constitucionales a los ciudadanos y dotarse de poderes especiales.
El Instituto Universitario de Opinión Pública (Iudop) de San Salvador, dio a conocer una encuesta donde el 57.9% de la población considera que es algo probable o muy probable que una persona o institución sufra consecuencias negativas por criticar al gobernante. Y de ese total, un 48.3% cree que la consecuencia más probable es ser encarcelado (El País, 20.06.25). Vale la pena que las encuestadoras hicieran las mismas preguntas para el caso de México.
@RubenAguilar
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