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Temor por el futuro del País

En México ya no hay democracia; hay demagogia. Ya no hay división de poderes: El Ejecutivo concentra todo el poder...

. Catón

De política y cosas peores

En México ya no hay democracia; hay demagogia. Ya no hay división de poderes: El Ejecutivo concentra todo el poder, como en los tiempos de la dominación priista, pero sin guardar las formas, sino con la prepotencia de las dictaduras. La elección judicial fue una farsa que pone la Suprema Corte de Justicia de la Nación al servicio del Estado y deja a los ciudadanos sin defensa ante los yerros y abusos de quienes se han convertido en propietarios de México. Los anteriores regímenes, es cierto, abundaban en vicios y defectos. El PRI exhibió todas las formas de la corrupción. Con el PAN vimos inconsciencia y frivolidad nocivas. Pero ese sistema era perfectible. En su curso se consiguieron logros importantes para el bien de la nación. Ahora se busca el poder sin otro propósito que el de mantenerlo. A una dictadura perfecta siguió otra llena de imperfecciones; a una dictadora benévola sucedió otra llena de malevolencia. Temo por el futuro del País, del cual se ha apoderado una camarilla creada por un hombre con vocación absolutista que a trasmano sigue dominando. El Gobierno de la actual Presidenta no es su Gobierno; ella misma ha reconocido que es sólo el segundo piso de la 4T fincada por su antecesor. Las instituciones van desapareciendo por el camino que trazó quien a su sucesora le entregó el bastón, pero no el mando, y que aviesamente la dejó atada, amenazada, imposibilitada de dar a su Gobierno su propio sello, su propia personalidad. Una sombra se cierne sobre México, la misma que oscureció los cielos de Venezuela, Nicaragua y Cuba. ¡Detente, columnista! Esta última frase, a más de melodramática, es estremecedora. ¿Acaso tu misión es andar por ahí estremeciendo gente? Ea, modera tus intensidades, y ya que no puedes cambiar de Gobierno cambia de tema. Enrique Heras, extraordinario caricaturista, está cumpliendo siete décadas de monero, como él dice. A lo largo de su fecunda vida ha enriquecido las páginas de los periódicos. Junto con Chava Heras, igualmente brillante y talentoso, acaba de sacar un libro lleno de amor y humor, el cual me enviaron con una expresiva dedicatoria que agradezco. De él entresaco algunas ingeniosas historietas, todas ellas ilustradas con magníficos dibujos. El siquiatra le indicó a la mujer: “La próxima semana trabajaremos con el inconsciente”. Repuso ella: “No creo que mi marido quiera venir”. La mamá de Pepito le dijo: “Te estoy dando una orden. Obedéceme”. Contestó el chiquillo. “¿Acaso crees que estás hablando con mi papá?”. Dos señoras conversaban. Declaró una: “Mi esposo es un ángel”. “¡Qué suerte tienes! -replicó la otra-. El mío todavía vive”. Recientemente un vecino de cierto señor le preguntó: “¿Qué te van a regalar tus hijos el Día del Padre?”. Respondió; “Creo que nada. No me han pedido dinero”. En la sala de la casa de su novia el pretendiente se arrodilló ante ella y le pidió matrimonio al tiempo que le entregaba el anillo de compromiso. De atrás de las cortinas salió el papá de la muchacha. “¡Vaya! -le dijo con una gran sonrisa al novio-. ¡Solamente estaba esperando que te le declararas para ya irme a acostar!”. La señora le preguntó a su cónyuge: “¿Qué haces?”. Contestó el señor: “Estoy matando moscas”. Inquirió ella: “¿Y has matado alguna?”. “Cinco -le informó el marido-. Dos hembras y tres machos”. Se asombró la esposa: “¿Cómo sabes si son machos o hembras?”. Explicó el señor: “Porque dos estaban en el teléfono, y tres en el vaso de cerveza”. El maduro paciente le dijo al médico: “Estoy deprimido”. Intervino su mujer: “No te andes con rodeos. Dile al doctor cuál es exactamente la parte que tienes deprimida”. FIN.

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